El presidente Barack Obama ha vuelto a insistir en que las compañías petroleras se están beneficiando en exceso del alto precio del combustible, y quiere que el Congreso ponga fin a las exenciones tributarias otorgadas a la industria del crudo y el gas natural, que suman al año $4.000 millones de dólares.
Tales subsidios "no son justos ni inteligentes" y “necesitamos acabar con ellos”, dijo el presidente en su mensaje semanal de los sábados, en momentos en que en 22 estados del país los estadounidenses están pagando por encima del promedio nacional de $3.91 el galón, y en otros incluso más de $4.20, como en California y Alaska.
Obama señaló que “mientras el aumento del precio de la gasolina implica verdaderas dificultades para las familias, también significa utilidades más altas para las empresas petroleras”.
El presidente puso de relieve que esta semana, “las mayores empresas petroleras anunciaron que ganarían más de $25,000 millones en los primeros meses del 2011, un aumento de aproximadamente 30 por ciento desde el año pasado”.
De hecho, el elevado precio de la gasolina está frenando la recuperación económica, ha puesto en vilo algunos de los programas anunciados por Obama, y también amenaza con deteriorar el grado de respaldo entre los estadounidenses a su gestión presidencial.
En una carta enviada esta semana a líderes en el Congreso, Obama urgió a los legisladores a “actuar de inmediato” para eliminar esos subsidios bajo el argumento de que ese dinero debe ser invertido en programas de energía limpia para reducir la dependencia de EE.UU. del petróleo extranjero.
“Pienso que si realmente queremos solucionar nuestro problema de energía, debemos operar al máximo, y eso significa buscar una gran variedad de medidas energéticas, incluida la producción segura y responsable de petróleo dentro del país”, enfatizó Obama en su mensaje.
El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, ha dicho que planea considerar la propuesta del presidente tan pronto como la semana entrante.