El Senado bloqueó el proyecto de ley de inmigración conocido como Dream Act, que hubiera permitido legalizar su estatus a miles de jóvenes indocumentados que llegaron a EE.UU siendo niños y han vivido en el país al menos cinco años.
Los defensores del proyecto necesitaban el apoyo de 60 senadores pero sólo obtuvieron el respaldo de 55, en una votación polarizadamente partidista, en la que sólo tres legisladores republicanos votaron a favor.
En una declaración difundida por la Casa Blanca, el presidente Barack Obama calificó de “increíblemente decepcionante” la votación, pero dijo que su gobierno “no va a renunciar a la ley Dream Act ni al importante asunto de arreglar el incompleto sistema de inmigración” vigente en el país.
La ley hubiera dado a los jóvenes la forma de alcanzar la ciudadanía estadounidense como estudiantes universitarios o enrolándose en las fuerzas armadas de EE.UU.
Antes de la votación, Obama había dicho que la aprobación de la ley era necesaria “no sólo porque es lo que hay que hacer por los jóvenes con talento que buscan servir a un país que asumen como propio, sino también porque es lo correcto para EE.UU.”
La Cámara de Representantes había aprobado el proyecto la semana pasada, y la votación en el Senado era el último intento por convertirlo en ley antes del inicio de la próxima legislatura en enero próximo.
El senador demócrata de origen cubano Bob Menéndez, que votó a favor de la legislación, advirtió a sus colegas republicanos que la comunidad de inmigrantes, que no sólo crece en tamaño sino también en poder político, no olvidará el resultado de la votación.
El secretario de Educación de EE.UU., Arne Duncan, había instado al Senado a aprobar la ley por considerar que aportaría “un tremendo beneficio al país”.
Otros ministros han batallado a favor de la legislación, como la secretaria del Trabajo, Hilda Solís; la de Seguridad Nacional, Janet Napolitano; el de Comercio, Gary Locke, y el de Agricultura, Tom Vilsack.
Prominentes republicanos también se pronunciaron a favor del Dream Act, entre ellos los senadores Richard Lugar y George LeMieux; el ex presidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich; el ex secretario de Estado Colin Powell, y el ex candidato presidencial Mike Huckabee.
Según el Instituto de Política Migratoria, la legislación hubiera beneficiado a unos 726 mil jóvenes cuyos padres los trajeron a EE.UU. cuando eran menores de 16 años.
El Departamento de Educación de EE.UU. calcula que más de 50 mil jóvenes se gradúan cada año de secundaria en el país con posibilidad de entrar en la universidad, pero sin sus papeles en regla.