Estados Unidos condenó la violencia reciente "perpetrada por matones controlados por el gobierno", que ha resultado en más muertes de manifestantes en Nicaragua.
Un comunicado de la vocera del Departamento de Estado, Heather Nauert, insta al gobierno nicaragüense a "crear las condiciones propicias para un diálogo creíble e inclusivo y a garantizar la seguridad de los participantes".
El mensaje, llama al gobierno de Nicaragua "a que implemente plenamente las recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) independiente, y actuar sobre sus conclusiones para garantizar la rendición de cuentas y la justicia ante los abusos y las violaciones de los derechos humanos".
Estados Unidos, insta al gobierno de Nicaragua "a negociar de buena fe y a regresar al diálogo" con una agenda para lograr un futuro democrático para todos los nicaragüenses.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), exhortó el viernes al gobierno nicaragüense a que proteja a 13 estudiantes universitarios, dirigentes de protestas contra el gobierno del presidente Daniel Ortega en las últimas semanas.
La Comisión otorgó a los 13 estudiantes medidas cautelares.
Un equipo de la CIDH que visitó Nicaragua la semana pasada expresó preocupación ante la represión violenta de las protestas por parte del gobierno.
Después de realizar una serie de entrevistas, la comisión dijo en un comunicado, que los estudiantes y sus familiares habían recibido amenazas y que sus fotos circulaban en el internet como "caras del caos".
Pablo Abrau, presidente de la CIDH, compartió en su cuenta de Twitter los principales hallazgos de la visita de la Comisión a Nicaragua.
El lunes 21 de mayo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, presentó su informe preliminar sobre el estado de los derechos humanos en el país, en el que concluyó que 76 personas fueron asesinadas, 868 heridas y 438 detenidas por la represión iniciada el 18 de abril en Nicaragua.
Las protestas en Nicaragua estallaron a mediados de abril, cuando Ortega impuso cambios al sistema de seguridad social. Las manifestaciones crecieron rápidamente, pese a que el mandatario retiró los cambios, y la respuesta violenta de la policía y la juventud sandinista derivó en llamados a la renuncia de Ortega.
Un diálogo nacional, mediado por la Iglesia Católica de Nicaragua, fue suspendido el miércoles en su cuarto día, debido a "la falta de consenso". Esa misma noche, los enfrentamientos se reanudaron entre estudiantes y fuerzas del gobierno con consecuencias mortales: dos muertos y varios heridos.
El arzobispo de Managua, cardenal Leopoldo Brenes, denunció esta semana que tanto él como otros miembros de la Conferencia Episcopal de Nicaragua han recibido amenazas de muerte y son objeto de una campaña de desprestigio proveniente del orteguismo.
El gobierno de Ortega hizo circular el martes un documento titulado Nuevo panorama político, en el que define su estrategia para que la población considere que se requieren nuevos actores en el diálogo, porque los de la sociedad civil, campesinos y estudiantes no tienen capacidad para que se levanten los tranques que campesinos y ciudadanos autoconvocados mantienen para presionar la renuncia de Ortega.
El cardenal Brenes dice que mientras no reciba un mensaje oficial del gobierno pidiéndole que retire a los obispos que participan en la comisión, continuarán trabajando por la paz en el país.
Amnistía Internacional también elaboró un informe sobre la situación de represión de la policía y grupos paramilitares en Nicaragua contra los ciudadanos, que será presentado el martes 29 de mayo en Managua.
El grupo internacional de derechos humanos visitó varias ciudades del país para documentar las denuncias de violaciones a los derechos humanos, y entrevistó a víctimas.