El presidente Barack Obama se reunió este sábado en la Casa Blanca con el Dalai Lama, premio Nobel de la Paz y líder espiritual del Tíbet, quien realiza una visita de 11 días a Washington.
Antes del encuentro de 45 minutos, el gobierno chino pidió a EE.UU., que cancelara la invitación al Dalai Lama alegando que la entrevista podría agriar las relaciones entre Washington y Pekín.
Tras la entrevista, un portavoz de la cancillería en Pekín declaró que la reunión "lesiona los sentimientos del pueblo chino y las relaciones entre EE.UU. y China”.
El miércoles, miles de tibetanos que residen en el exterior celebraron el 76 cumpleaños del Dalai lama, quien recientemente renunció como líder del gobierno del Tibet en el exilio.
Al término de la reunión, la Casa Blanca difundió una declaración en la que destacó “la importancia de la protección de los derechos humanos de los tibetanos en China”.
También dijo que el presidente subrayó que la polìtica de EE.UU. ve al Tíbet como "parte de la República Popular China y que EE.UU. no respalda la independencia" de esta región.
Según la Casa Blanca, el Dalai Lama también declaró que no busca la independencia del Tibet y que tenía esperanzas de que el “diálogo entre sus representantes y el gobierno chino pueda reanudarse pronto”.
Activistas pro-tibetanos habían criticado a Obama por aplazar el encuentro con el Dalai Lama, con quien ya se había reunido en febrero de 2010, pero la Casa Blanca explicó que la agenda del presidente estaba muy ocupada debido a las tensas negociaciones sobre la deuda que lleva a cabo con líderes del Congreso.
El hecho ocurre a menos de 10 dìas de la visita que la secretaria de Estado, Hillary Clinton, tiene previsto hacer a China. El vicepresidente estadounidense, Joseph Biden, también tiene planeado un viaje a Pekín este verano.