Florida: el voto cubano pesa

Newt Gingrich toma café cubano en un famoso restaurante de Miami.

Los aspirantes a la nominación presidencial republicana en EE.UU. saben que sin el apoyo de esa comunidad el triunfo es incierto.

Los dos principales aspirantes a la nominación presidencial republicana, Mitt Romney y Newt Gingrich, llevan días cortejando el voto hispano en Florida de cara a las elecciones primarias de mañana en el estado, donde el triunfo sin el apoyo de esa comunidad, y en especial de los cubanos, resulta difícil de lograr.

Los números son convincentes. La estadísticas dicen que los hispanos constituyen el 11 por ciento de los electores republicanos en Florida, y el 32 por ciento de todos los votantes latinos son cubanos o cubanoamericanos.

Según analistas, el papel de los hispanos en estas primarias, particularmente el de los cubanos, no puede ser pasado por alto en el condado más poblado del estado, Miami- Dade, donde residen casi el 60 por ciento de todos los republicanos de la Florida. De ellos el 72 por ciento son cubanos.

Por esa razón, ambos precandidatos han invertido numerosas horas desde la semana pasada en el sur de Florida, desplegando una agresiva campaña con discursos en ciudades claves, y una enorme cantidad de anuncios publicitarios en español en la radio y televisión.

Ambos aspirantes participaron, por separado, en un foro auspiciado por la cadena Univision, la Cámara de Comercio de EE.UU. y el Miami Dade College, y el domingo Romney visitó Hialeah, una populosa ciudad del condado, en la que la mayoría son cubanos y el 90 por ciento de sus habitantes habla español.

El ex gobernador de Massachussets visitó también la llamada Torre de la Libertad, cargada de enorme simbolismo para los primeros refugiados políticos cubanos llegados a EE.UU, y desde donde prometió en un discurso mano dura con el gobierno de Cuba.

En buena parte de sus apariciones públicas, a Romney se le ha visto acompañado de influyentes republicanos cubanoamericanos, entre ellos la presidenta del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, Ileana Ros-Lehtinen, el ex senador Mel Martínez, y el ex secretario de Comercio Carlos Gutiérrez.

Ni corto ni perezoso, Gingrich, también se ha expresado en duros términos contra el gobierno de los hermanos (Fidel y Raúl) Castro, y dijo apoyar una “primavera cubana” contra el régimen que ya dura más de medio siglo en la isla.

Gingrich aspira sacar partido a los viejos lazos que lo unen con la comunidad de exiliados cubanos desde cuando fue presidente de la Cámara de Representantes, y en 1996 ayudó a aprobar la ley Helms-Burton, que endureció el embargo comercial de EE.UU. al gobierno de la isla.

Aunque Gingrich cuenta con el respaldo del congresista federal por el sur de Florida David Rivera, sus aspiraciones parecen haber sufrido un tanto después de que el senador Marco Rubio, una estrella política en Washington y un ídolo republicano en Miami-Dade que no se ha pronunciado a favor de ninguno de los aspirantes, lo criticó por un anuncio publicitario que calificaba a Romney de “antiinmigrante”.

El ex presidente de la Cámara de Representantes también difundió un anuncio radial en español recordando que durante la pasada campaña presidencial del 2008, hablándoles a los cubanos en la Pequeña Habana, Romney utilizó erróneamente la consigna de “Patria o Muerte, Venceremos” sin advertir que ésta es una frase acuñada por el régimen cubano, que la utiliza con frecuencia.

En esas elecciones, el voto cubano de Miami-Dade le propinó una derrota a Romney en sus aspiraciones de obtener la candidatura frente al senador John McCain, visto entonces como un republicano de línea más dura.