Estados Unidos condenó el bombardeo de una escuela de la ONU en la Franja de Gaza que albergaba palestinos desplazados.
Israel reconoció el bombardeo.
Tanques israelíes bombardearon una escuela manejada por Naciones Unidas en la Franja de Gaza, matando a por lo menos 15 personas.
El ataque sucedió en la mañana del miércoles en el campo de refugiados de Jebaliya, en el norte de Gaza.
La portavoz de la Casa Blanca, Bernadette Meehan, dijo que EE.UU. está “muy preocupado” que miles de palestinos no están a salvo en refugios designados por la ONU en Gaza.
Meehan agregó que EE.UU. también condena a los responsables de esconder armas en las instalaciones de la ONU en Gaza.
Posteriormente, Israel anunció un alto al fuego humanitario de cuatro horas para la tarde del miércoles, pero afirmó que seguirá trabajando en la destrucción de túneles que van desde Gaza a territorio israelí.
Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó el ataque a una escuela de la ONU en Gaza, calificándolo como "indignante" e "injustificable".
"Nada es más vergonzoso que atacar los niños que duermen", dijo Ban a su llegada a San José, Costa Rica. "Condeno este ataque en los términos más enérgicos posibles".
El corresponsal de la Voz de América, Scott Bobb, visitó la escuela de la ONU en Gaza y lo describió como una escena de “completo caos”.
“El salón de clase que fue alcanzado, y donde murió la mayoría, está totalmente destruido, con una pared que se derrumbó y la gente quedó como en shock. Algunos aseguran que esta gente había salido de sus casas huyendo de los bombardeos, y ahora dicen ‘Mejor regresamos porque si no estamos seguros en una escuela de la ONU, entonces mejor morimos en casa’ ”, dijo Bobb.
La escuela es uno de los 85 sitios donde la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos dice que hay más de 200.000 personas que ahora buscan protección.
Un funcionario de salud palestino había dicho antes que el ataque mató a 20 personas.
El bombardeo fue parte de la campaña militar israelí de ataques aéreos y terrestres que ha matado a por lo menos 32 personas el miércoles.
Los funcionarios palestinos aseguran que más de 1.200 personas, la mayoría de ellas civiles, han muerto desde el 8 de julio. Cincuenta y tres soldados y tres civiles israelíes también han muerto.