Las fuerzas de seguridad iraníes intensificaron el lunes la represión de las protestas en varias ciudades kurdas, según mostraron publicaciones y videos en las redes sociales, con el objetivo de sofocar los disturbios provocados por la muerte de una mujer bajo custodia policial.
Las protestas se han extendido por Irán desde que Mahsa Amini, una joven de 22 años de la región kurda del país, murió el 16 de septiembre mientras estaba detenida por llevar "vestimenta inapropiada", lo que inició una de las olas de descontento más graves en la República Islámica desde la revolución de 1979.
Si bien los estudiantes han jugado un papel fundamental en las protestas, con decenas de universidades en huelga, informes no confirmados en las redes sociales mostraron que los trabajadores de las refinerías de petróleo de Abadan y Kangan y el Proyecto Petroquímico Bushehr se habían sumado a las marchas.
Un portavoz del Ministerio del Petróleo no respondió de inmediato a una llamada telefónica de Reuters en busca de comentarios.
Una combinación de protestas extendidas y huelgas de trabajadores petroleros y comerciantes de Bazaar ayudaron a llevar al clero al poder en la revolución iraní hace cuatro décadas.
Las tensiones han sido especialmente fuertes entre las autoridades y la minoría kurda que, según los grupos de derechos humanos, ha sido oprimida durante mucho tiempo, una acusación que la República Islámica niega.
El grupo de derechos humanos Hengaw informó el lunes de una intensa presencia de fuerzas armadas de seguridad en las ciudades kurdas de Sanandaj, Saqez y Divandareh. La agrupación dijo que al menos cinco residentes kurdos murieron y más de 150 resultaron heridos en las protestas desde el sábado.
Videos compartidos en las redes sociales mostraron protestas en decenas de ciudades de Irán la madrugada del lunes, con feroces enfrentamientos entre manifestantes y policías antidisturbios en ciudades y pueblos de la provincia natal de Amini, Kurdistán.
Irán tiene un historial de sofocar los disturbios entre su población kurda de más de 10 millones de personas, parte de una minoría cuyas aspiraciones de autonomía también han llevado a conflictos con gobiernos en Turquía, Irak y Siria.