El papa Francisco realizó el tradicional discurso de Navidad desde el Vaticano, en donde decenas de miles se agruparon desde primeras de este día para escuchar el “Urbir et Orbi (a la ciudad y al mundo).
La Navidad es uno de los días más sagrados para los cristianos, quienes celebran el 25 de diciembre “el nacimiento de Jesús”.
Francisco ofreció un discurso variado en donde incluso tuvo tiempo para condenar la "brutal persecución” a las minorías por parte del grupo extremista Estado Islámico, e instó a la gente a no ser indiferente “al sufrimiento de tantas personas alrededor del mundo”.
El Papa hizo también un llamado para poner fin a los principales conflictos y crisis que ocurren en el mundo, instando a la paz en lugares como Ucrania, Nigeria y la República Centroafricana y condenando el ataque talibán de la semana pasada que mató a más de 130 estudiantes en Pakistán.
Francisco recordó a las víctimas de ébola y pidió a los gobiernos continuar su ayuda en Liberia, Sierra Leona y Guinea para erradicar la mortal enfermedad.
Sin embargo, el Papa argentino reservó sus palabras más duras para defender a las víctimas del grupo extremista Estado Islámico que han matado o desplazados chiítas musulmanes, cristianos y otros en Siria e Irak.
“Yo le pido, al Salvador del mundo, para mirar a nuestros hermanos y hermanas en Irak y Siria, que durante demasiado tiempo han sufrido los efectos del conflicto en curso, y que, junto con los que pertenecen a otros grupos étnicos y religiosos, están sufriendo una persecución brutal”, dijo.