La tradicional ceremonia de la Iglesia para conmemorar el nacimiento de Jesús se celebró como es usual en la Basílica de San Pedro, repleta de creyentes y turistas.
El Papa Benedicto XVI ofició este lunes la misa de Nochebuena en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, repleta de turistas y católicos de todas partes del mundo.
La llamada Misa del Gallo dio inicio a las 10 de la noche hora de Roma (21:00 GMT) en lugar de a la medianoche, la hora tradicional durante la que muchos años se efectuó la ceremonia pero fue cambiada para evitar que el Papa, de 85 años, se fatigara.
El Sumo Pontífice saludó a los peregrinos al desplazarse sobre una plataforma hacia el altar principal de la basílica, mientras un coro entonaba cánticos religiosos.
Horas antes de la ceremonia, el Santo Padre encendió en la ventana de su aposento una vela, símbolo de la luz de Navidad, en homenaje al pesebre inaugurado en ese momento en la Plaza San Pedro.
Desde hacía días se habían agotado las entradas, que son gratuitas, para asistir a la misa, en la que tomaron parte más de una treintena de cardenales, así como obispos y otros miembros de la Curia Romana.
Benedicto XVI leerá mañana al mediodía desde el Vaticano su tradicional Mensaje de Navidad e impartirá la bendición "Urbi et Orbi", que será transmitida en vivo por televisión a más de medio centenar de países.
A pesar de las renovadas tensiones este año en Tierra Santa, cristianos de todas partes del mundo acudieron también a la ciudad de Belén este lunes para, según la tradición bíblica, celebrar el nacimiento de Jesús en esa antigua ciudad de Cisjordania.
La llamada Misa del Gallo dio inicio a las 10 de la noche hora de Roma (21:00 GMT) en lugar de a la medianoche, la hora tradicional durante la que muchos años se efectuó la ceremonia pero fue cambiada para evitar que el Papa, de 85 años, se fatigara.
El Sumo Pontífice saludó a los peregrinos al desplazarse sobre una plataforma hacia el altar principal de la basílica, mientras un coro entonaba cánticos religiosos.
Horas antes de la ceremonia, el Santo Padre encendió en la ventana de su aposento una vela, símbolo de la luz de Navidad, en homenaje al pesebre inaugurado en ese momento en la Plaza San Pedro.
Desde hacía días se habían agotado las entradas, que son gratuitas, para asistir a la misa, en la que tomaron parte más de una treintena de cardenales, así como obispos y otros miembros de la Curia Romana.
Benedicto XVI leerá mañana al mediodía desde el Vaticano su tradicional Mensaje de Navidad e impartirá la bendición "Urbi et Orbi", que será transmitida en vivo por televisión a más de medio centenar de países.
A pesar de las renovadas tensiones este año en Tierra Santa, cristianos de todas partes del mundo acudieron también a la ciudad de Belén este lunes para, según la tradición bíblica, celebrar el nacimiento de Jesús en esa antigua ciudad de Cisjordania.