Juicio por los ataques de París se desarrollan a la sombra de la COVID-19

Policías franceses patrullan los pasillos de un tribunal de París en el segundo día del juicio por los ataques terroristas de 2015, el 3 de septiembre de 2020.

La pandemia puede ayudar a moldear el futuro de los ataques extremistas, dicen expertos.

Mientras Francia revisa su letal ola de ataques yihadistas de 2015 con un importante juicio por terrorismo que comenzó esta semana, la amenaza de futuros ataques sigue siendo un peligro claro y presente aquí y en toda la Unión Europea, dicen los expertos, incluso cuando la región se enfoca en una situación muy diferente con la crisis de la COVID-19.

La víspera de la apertura del juicio de Charlie Hebdo el miércoles, el ministro del Interior, Gerard Darmanin, advirtió que el nivel de amenaza de Francia seguía siendo "extremadamente alto".

Mientras tanto, la agencia de aplicación de la ley de la UE, Europol, describió la naturaleza cambiante, compleja y aún potente de las amenazas yihadistas y de otro tipo, con el coronavirus potencialmente alimentando acciones extremistas.

"Los grupos intentan hacer uso de la situación de la covid ya sea para hacer cumplir su ideología o para llamar a la acción", dijo el director ejecutivo adjunto de Europol, Wil van Gemert, en una entrevista, señalando que los islamistas pero también los grupos de derecha se están beneficiando de la crisis de salud.

“Nuestra preocupación es por el futuro, cuando salgamos de este período de la covid con mucha más gente [llenando espacios públicos]”, y crecientes preguntas e insatisfacción con el manejo gubernamental de la crisis, dijo van Gemert.

Todo esto, agregó, podría conducir "a más violencia, extremismo y terrorismo potencial".

Titulares que compiten

Sin embargo, de alguna manera, el inicio del juicio por los ataques terroristas de París en enero de 2015 parecía un retroceso a otra época.

Estudiantes con mascarillas salen de su escuela en Bischheim, en las afueras de Estrasburgo, Francia, el 1 de septiembre de 2020. Millones de niños franceses comenzaron a volver a clases pese a un reciente aumento de la covid.

Su llegada chocó con los titulares de la reapertura de las escuelas francesas en medio de un aumento preocupante de los casos de coronavirus y del plan de estímulo del gobierno de 118.000 millones de dólares para reiniciar la economía francesa golpeada por la COVID-19.

Además de la sensación de haber pasado una página, todos los perpetradores de los ataques de 2015 al periódico satírico francés Charlie Hebdo y a un supermercado kosher han muerto. En cambio, 14 personas, cuatro in absentia, enfrentan cargos por brindar apoyo logístico en los ataques casi consecutivos que mataron a 17 personas.

También se filmarán los procedimientos de diez semanas, la primera vez que se hace en un juicio por terrorismo en Francia, lo que subraya su importancia histórica.

En noviembre, Francia marcará el quinto aniversario de los ataques de Bataclan que en los que murieron 130 personas en París y sus alrededores. Solo uno de los presuntos agresores sigue con vida, Salah Abdeslam, de 30 años. Se aproxima otro juicio en una fecha no programada.

"Creo que la principal preocupación de la población es la COVID-19, todo el mundo habla de eso, todo el mundo está preocupado", dijo Guillaume Denoix de Saint Marc, director de la Asociación Francesa de Víctimas del Terrorismo, AfVT.

"Pero el terrorismo todavía está aquí", agregó. "El terrorismo sigue siendo una gran amenaza".

Mirando hacia adelante

Para muchos franceses, los acontecimientos han pasado. Hay temores de otro cierre por la pandemia y el país informa de algunos de sus índices de casos diarios más altos en meses, incluidos más de 7.300 solo el miércoles.

Los debates sobre la raza y el colonialismo están surgiendo nuevamente, no solo por el desbordamiento de las protestas de Black Lives Matter en Estados Unidos, sino también después de que un artículo en una revista de derecha retratara a un legislador negro nacido en África como un esclavo.

La policía está nuevamente en las calles, no protegiéndose contra posibles terroristas o chalecos amarillos, sino haciendo cumplir los requisitos obligatorios del uso de mascarilla.

Si bien Europa ha reforzado su capacidad de aplicación de la ley y su cooperación contra el terrorismo, lo que queda patente en el gran número de ataques frustrados, siempre existe la posibilidad de que la pandemia cambie la prioridad de los fondos y la capacidad, dijo van Gemert.

"Hemos visto un aumento en las actividades que podríamos llamar extremistas" durante la pandemia, agregó. "No digo que esté directamente relacionado con el terrorismo, pero hay un campo extremo de actores que podrían recurrir a actividades violentas.

"Y, en general, una economía más débil significa una economía criminal más fuerte", agregó hablando sobre otra secuela del coronavirus.

Ataques disminuyen, pero la amenaza permanece

Aún así, el número de ataques ha bajado. El año pasado, los estados miembros de la UE informaron poco más de la mitad del número de ataques intentados, frustrados o fallidos, 119 -como en 2015- según Europol, que publica informes anuales de evaluación del terrorismo. Diez personas murieron por ataques terroristas en toda la región en 2019, en comparación con 360 cuatro años antes.

El ministro del interior francés,Gerald Darmanin, pronuncia un discurso sobre el estado de la amenaza terrorista en el país, en el Directorio Nacional de Seguridad Interna, (DGSI) en Paris, el lunes 31 de agosto de 2020.

Los grupos Estado Islámico y Al Qaeda, que se atribuyeron diversos grados de responsabilidad en los múltiples ataques de París de 2015, están debilitados y divididos, perdiendo antiguos bastiones en Siria e Irak. Las amenazas actuales provienen cada vez más de "lobos solitarios" individuales o de células pequeñas, dice Europol.

“Sabemos que será difícil organizar algo como el 13 de noviembre [ataques de Bataclan], algo muy organizado con muchos yihadistas”, dijo Denoix de Saint Marc, de la Asociación Francesa de Víctimas del Terroristmo (AfVT). "Pero todos los días estamos evitando un nuevo ataque terrorista en algún lugar".

Tanto el Estado Islámico como Al Qaeda también han evolucionado y se han extendido, incluso hacia el sur desde el Sahel, donde está estacionada la fuerza antiterrorista francesa, con más de 5.000 hombres. El mes pasado, seis trabajadores humanitarios franceses fueron asesinados por hombres armados en Níger, aunque la responsabilidad de los ataques sigue sin estar clara.

El lunes, el ministro del Interior, Darmanin, señaló que más de la mitad de los ataques terroristas frustrados desde 2013 tuvieron lugar en los últimos tres años, mientras que el fiscal antiterrorista francés, Jean-Francois Ricard, estimó que media docena se habían frustrado solo en los últimos meses.

"El nivel de riesgo de terrorismo sigue siendo alto", dijo Ricard a la radio France-Info, y señaló que la información proviene de una combinación de fuentes, incluidos excombatientes del Estado Islámico.

Francia se contaba entre los mayores exportadores europeos de combatientes del Estado Islámico, incluidos algunos que se cree que participaron en los ataques de 2015.

Muchos están muertos, pero se cree que todavía hay varias decenas en Irak y Siria, junto con sus cónyuges e hijos. Entre ellos, creen los expertos, se encuentra Hayat Boumedienne, la novia de uno de los agresores en los atentados de París de enero de 2015 y acusada en el juicio actual.