Otoño: las hojas están de fiesta

Los árboles muestran sus verdaderos colores cuando llega el otoño.

Hay mucho más que los científicos quieren aprender sobre el funcionamiento de las hojas.

Los días se hacen más cortos y las noches más frías en Boulder, Colorado. Pero las hojas de los árboles tienen los colores de una fiesta.

En los álamos, parecen monedas de oro. En Mapleton Avenue, los arces están pintados de naranja y rojo.

El mismo fenómeno estacional ocurre en muchos países a finales de otoño. Sin embargo, no todos saben el motivo por el cual las hojas cambian de color cuando la temperatura baja.

Esplendor otoñal

Algunos tienen sus teorías acerca de la transformación que se da en las copas de los árboles en otoño.

“He oído que la razón por la cual las hojas cambian a lo largo de las estaciones es que a Dios le gusta ver diferentes colores en todo el mundo”, dice una niña, “para que él pueda diferenciar en qué estación estamos”.

“Según la leyenda”, dice una mujer, “tres cazadores y su perro persiguieron a la Osa Mayor en el cielo, la sacrificaron y su sangre goteó sobre las hojas, transformándolas en rojo”.

Dave Sutherland, un naturalista en los parques Boulder Mountain Parks, recuerda la explicación que escuchó en su infancia. “Mi madre me dijo que era porque de noche, cuando todos duermen, las hadas salen y las pintan”.

Ciencia mágica

Resulta que la explicación científica de por qué las hojas cambian de color es casi tan mágica como las hadas.

Todo comienza en verano, cuando las hojas son verdes gracias a un pigmento llamado clorofila, que captura un espectro del color de la luz solar para impulsar un proceso conocido como fotosíntesis.

“A medida que la clorofila toma la luz del sol, también toma agua del suelo, dióxido de carbono del aire y energía de la luz solar para mezclarlo todo junto y formar el azúcar”, dice Sutherland.

Eso ayuda a que el árbol crezca y florezca. Cuando los días se acortan en otoño, las hojas dejan de producir clorofila, revelando un secreto deslumbrante.

El secreto de las hojas

“Las hojas verdes son amarillas. Usted simplemente no ve el amarillo”, dice Sutherland. “Los pigmentos amarillos están ahí todo el tiempo, ocultos bajo la máscara de color verde. Están a la espera de una oportunidad para que la clorofila empiece a bajar y el color amarillo comience a brillar”.

El amarillo proviene de pigmentos conocidos como carotenoides, que hacen que las zanahorias sean naranjas y que las hojas del álamo sean amarillas doradas.

¿Y cuándo las hojas se vuelven rojas? Se trata de otro pigmento llamado antocianina.

“Todo el mundo conoce las antocianinas”, dice Sutherland. “Hace que las fresas sean rojas y las moras negras”.

Protector solar natural

A diferencia de los carotenoides, las hojas no producen este pigmento durante el verano, solamente en otoño. Durante décadas, los científicos creían que la antocianina aparecía en las hojas de forma accidental, causada por los azúcares atrapados en las hojas de otoño que van muriendo.

Pero Bill Hoch, un científico dedicado a las plantas de la Universidad Estatal de Montana, es uno de los que creen que las hojas producen antocianinas a propósito, como una especie de “protector solar” natural.

A media que una hoja de otoño pierde su capacidad de producir energía a partir de la fotosíntesis, explica, el pigmento rojo de la antocianina protege a la hoja de los efectos nocivos de la luz solar, sobre todo el espectro azul de la luz.

Eso ayuda a que la hoja pueda seguir produciendo suficiente energía para enviar los últimos restos de nutrientes, especialmente nitrógeno y fósforo, a las ramas y raíces de los árboles.

“Es sólo para recuperar los nutrientes, ya que las hojas van a ser descartadas rápidamente”, dice Hoch. En definitiva, están “tratando de proteger a sus fotosistemas lo más que puedan para recuperar todos los nutrientes que sea posible”.

Hoch dijo que los carotinoides, en cambio, no sirven tanto como protectores solares que ayudan a las hojas a aprovechar nutrientes en sus últimos días de vida, sino que protegen a la hoja a lo largo de toda su vida.

En cuanto a por qué algunas hojas se vuelven amarillas y otras rojas, Hoch dijo que las plantas que crecen mejor a pleno sol tienden a tener hojas más robustas. Por lo tanto, en otoño, pueden sobrevivir solamente con la protección de los carotinoides amarillos. Las plantas que crecen en la sombra o en suelos de bajos nutrientes son más delicadas y necesitan más protección, por lo tanto sus hojas producen más antocianinas y por ende un color más oscuro.

Hay mucho más que los científicos quieren aprender sobre el funcionamiento de las hojas. Mientras tanto, la gente de Boulder –y de todo el hemisferio norte- simplemente disfruta de la fiesta de colores en los árboles.