El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo estar “muy a gusto” con el acuerdo sobre el techo de deuda y el presupuesto negociado con el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, mientras la Casa Blanca y los líderes del Congreso trabajaban para garantizar su aprobación esta semana, a tiempo para elevar el límite de endeudamiento de la nación y evitar un desastroso impago federal.
Biden pasó parte del feriado del Día de los Caídos en Guerras trabajando al teléfono, llamando a legisladores de ambos partidos para contribuir a la consecución de los votos.
Varios conservadores de derechas critican el acuerdo porque no contempla los profundos recortes en el gasto que querían, mientras que los liberales cuestionaron los cambios políticos como los nuevos requisitos de trabajo para los estadounidenses mayores enrolados en el plan de ayuda alimentaria.
La hora de la verdad llegará el martes por la tarde, cuando está previsto que el Comité de Reglas de la Cámara se reúna para estudiar el paquete y votar si se envía al pleno de la institución para una votación prevista para el miércoles.
“Estoy muy a gusto con el acuerdo”, dijo Biden a reporteros el lunes mientras dejaba Washington para viajar a su casa en Delaware.
También lea EEUU: Comisión legislativa se reunirá el martes por el proyecto sobre techo de la deuda“He hablado con una serie de miembros”, agregó, entre ellos con el líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell, quien en el pasado fue un importante aliado en acuerdos bipartidistas pero en esta ocasión quedó prácticamente al margen. “He hablado con un montón de gente, y se siente bien”.
Para los demócratas progresistas que plantearon sus reservas acerca del paquete, el presidente tiene un mensaje simple: “Hablen conmigo”.
Mientras los legisladores analizan el proyecto de ley de 99 páginas, se espera que muy pocos estén plenamente satisfechos con el producto final. Pero Biden, demócrata, y McCarthy, republicano, cuentan con lograr el apoyo mayoritario del centro político. No es habitual que un Washington dividido se una para evitar un catastrófico impago federal.
Wall Street ofrecerá su propia valoración del pacto a primera hora el martes, mientras los mercados financieros estadounidenses, cerrados cuando se alcanzó durante el fin de semana, comenzarán a mostrar su reacción.
McCarthy reconoció que el difícil compromiso alcanzado con Biden no será “lo que nadie quiere al 100%”, ya que lidera una escasa mayoría en la Cámara impulsada por conservadores de ultraderecha.
Ante el posible rechazo de sus filas, el presidente de la Cámara tendrá que confiar en más de la mitad de los demócratas y de los republicanos para conseguir la aprobación del paquete sobre el techo de deuda.
En general, el acuerdo es un compromiso que impondrá algunas reducciones del gasto los dos próximos años, además de una suspensión del límite de deuda hasta enero de 2025, lo que deja esta volátil cuestión para después de la próxima campaña electoral. Elevar el límite de deuda, que ahora está en 31 billones de dólares, permitirá al Tesoro seguir endeudándose para abonar las deudas ya contraídas por el Estado.
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