El principal partido de la oposición en Turquía se preparaba el lunes para impugnar los resultados del referendo que dio una estrecha victoria a la propuesta del presidente, Recep Tayyip Erdogan, para ampliar los poderes de su cargo.
El "sí" obtuvo el 51,41% de los votos en la consulta del domingo, mientras que el 48,59% de los electores se decantaron por el "no", de acuerdo con los resultados reportados por la agencia estatal de noticias Anadolu. La junta electoral turca confirmó al victoria del "sí".
Los partidos de la oposición se quejaron de una serie de irregularidades en la votación, incluyendo la decisión de la junta electoral de aceptar como válidas boletas que no tenían el sello oficial.
El Partido Republicano del Pueblo presentará alegaciones a los resultados el lunes ante las juntas electorales locales, antes de llevar el caso a la Junta Electoral Suprema, dijo el legislador Utku Cakirozer a The Associated Press.
"Por el momento, es un voto dudoso", señaló Cakirozer.
Erdogan dijo a sus seguidores que el “sí” había alcanzado 25 millones de votos —1,3 millones más que los de sus opositores. Dijo tambieen que el referendum había puesto fin a décadas de intervención militar en el gobierno.
“Por primera vez en la historia de la república, estamos cambiando nuestro sistema de gobierno a través de la política”, dijo en un breve discurso frente a su residencia oficial en Estambúl, donde celebró el triunfo.
El voto al sí significa que el parlamento turco pasará a un segundo plano, el cargo de primer ministro y su gabinete serán abolidos y los ministros serán nombrados directamente por el presidente a quien responderán.
Además de que el presidente podrá establecer el presupuesto, las enmiendas constitucionales ponen fin a la neutralidad oficial del presidente, permitiéndole liderar un partido político.
Los críticos argumentan que las reformas crean una dictadura elegida por el voto.
“Un régimen dominado por un hombre”, es como la describe, Kemal Kılıçdaroğlu, líder del principal partido de oposición turco. “Estamos subiendo a 80 millones de personas en un autobús sin frenos”, dijo.