A dos días de las elecciones nacionales, los uruguayos sacaron a relucir sus colores partidarios con banderas, pancartas y pasacalles que colocaron en sus coches o en las afueras de sus viviendas.
Las calles de Montevideo, capital de Uruguay, están inundadas de carteles del Frente Amplio, del Partido Nacional y del Partido Colorado. En menor medida, se ve alguna que otra bandera de los partidos menores, el Partido Independiente y Asamblea Popular.
Incluso hay taxis, ciclistas o recolectores de basura en carritos tirados a caballo que portan su bandera. Hay personas sin techo que también se las ingenian para manifestar su orientación política: en la rambla de Montevideo, por ejemplo, un señor colocó una bandera del Frente Amplio en un carrito de supermercado, donde guardaba todas sus pertenencias.
Para los vendedores ambulantes, esta es época de zafra. En las esquinas de las principales avenidas de la capital, colgaron las banderas de un cordón o guardaron las más pequeñas en cajas de cartón.
“Es una forma de sobrevivir, una changa”, dijo Fabián Reggiardo, quien comenzó a vender banderas partidarias dos semanas atrás.
En la esquina donde tenía su mercadería se veían solamente banderas del Frente Amplio, que tiene una franja roja, una franja azul y una franja blanca, y banderas de Uruguay.
“No discrimino entre partidos, vendo de todo, pero me quedaron en traer las banderas de otros partidos”, explicó, ante la ausencia de banderas del Partido Nacional, que suele ser azul y blanca, o del Partido Colorado, que es roja.
Las banderas más grandes cuestan entre $ 170 y $ 190 pesos uruguayos. Las más chicas para colocar en los coches cuestan $ 60.
Reggiardo dijo que para conseguir las banderas fue a los comercios del llamado “barrio judío” de Montevideo, donde importadores y mayoristas trajeron banderas hechas en China.
Banderas “made in China”
Para Walter Sánchez, director de la empresa de estampados Kaltex, la importación de banderas desde China afectó su negocio, según dijo a la Voz de América.
“En nuestra empresa fabricamos todas las banderas aquí”, explicó, “y en estas elecciones, algunos importadores se avivaron y mandaron hacer las banderas en China ya que les sale más barato”.
Su empresa de estampados produce banderas políticas desde 1985, cuando se reinstauró la democracia en el país tras 12 años de dictadura. También hacen otro tipo de estampados y carteles publicitarios, con lo cual no depende de las banderas políticas.
No obstante, a Sánchez se le nota la preocupación en la cara. Con una mueca de resignación, dijo que no pensó en hacer lo mismo que otros importadores pues tendría que reducir el personal de su fábrica, donde trabajan ocho personas, y no quiere hacer eso.
En las elecciones pasadas logró vender 200.000 banderas. En estas elecciones colocó 80.000 en el mercado.
Hacer una bandera que mida 140x90 centímetros cuesta entre $ 95 y $ 100 y las vende a $ 120, por lo cual gana un 20% del costo de producción. Los que importan banderas se llevan mucho más pues no tienen esos costos, dijo Sánchez.
El director de Kaltex también criticó el hecho de que muchas oficinas del Estado compren banderas nacionales de importadores que las traen desde China.
“Lo denuncié a un canal de televisión pero no lo pasaron”, se quejó. “En la última licitación que hubo para vender banderas de Uruguay a las escuelas públicas compraron las chinas”.
Alejandro Gerstein, director de Famet, una fábrica de estampería y de soportes publicitarios, dijo a la Voz de América que decidió importar algunas banderas desde China cuando vio que en las elecciones internas muchos importadores y mayoristas lo hicieron.
“Traemos una parte muy pequeña de nuestra producción de China. Por lo general son las banderas tradicionales y no las más específicas que nos piden los candidatos con pocos días de anticipación”, explicó.
Un 90% de las banderas políticas fueron hechas en la fábrica y un 10% fueron importadas.
En números, Gerstein dijo que encargó en China 4.000 banderas grandes y 10.000 banderas para los coches. “Te sale un 75% más barato”, aseguró, “y las vendimos todas”.