“La Revolución Bolivariana es imprescindible”, dijo el jefe de la delegación cubana para justificar acciones para el caso de que se desconozca "la voluntad popular" en las elecciones presidenciales venezolanas.
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, clausurará hoy la XVIII edición del Foro de Sao Paulo, que ya ha definido en Caracas acciones para el caso de que se desconozca "la voluntad popular" en las elecciones presidenciales venezolanas, según anunció un diputado oficialista de este país.
El jefe de la delegación cubana, José Ramón Balaguer Cabrera, recordó que desde su inicio hasta hoy, las “fuerzas progresistas” en América Latina y el Caribe se han fortalecido, primero por el ejemplo y resistencia de Cuba, luego por Chávez y su Revolución Bolivariana.
Agregó que la celebración del Foro de Sao Paulo en Caracas es una expresión de solidaridad hacia la Revolución Bolivariana y al presidente Hugo Chávez. “La Revolución Bolivariana –concluyó— es imprescindible”.
En declaraciones a la emisora privada caraqueña Unión Radio, Rodrigo Cabezas, coordinador de Asuntos Internacionales del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), subrayó que, aunque dan por descontado el triunfo electoral de Chávez, se han definido acciones para el caso de que "hubiese un desconocimiento de la voluntad popular" en esos comicios.
Las posturas del Foro XVIII contrastan notablemente con las de hace 18 años, cuando atendiendo un llamado del Partido de los Trabajadores de Brasil (PT) y del Partido Comunista de Cuba, las organizaciones de izquierda iberoamericanas se reunieron por primera vez en Sao Paulo para tratar de salvar lo que quedaba del comunismo tras la desintegración de la Unión Soviética y la caída del Muro de Berlín.
En esa época el enemigo era el neoliberalismo, y los miembros del Foro eran los movimientos de izquierda revolucionaria que venían de combatir contra las dictaduras militares en El Salvador, Guatemala, Honduras, Argentina, Chile y Uruguay.
Entonces el Foro buscaba espacios para una sociedad igualitaria, justa, libre.
Hoy los miembros del Foro son gobierno en Brasil, El Salvador, Argentina, Chile, Uruguay, Ecuador, Bolivia y ya tienen largo rato en Cuba, Nicaragua y en Venezuela, donde además pretenden seguir a toda costa.
En muchos de estos países se sufren los males que solía combatir el foro: injusticia, falta de libertad y dictaduras, aunque hora el Foro habla de “democracia directa”, “democracia popular” o “socialismo del siglo XXI” para justificar las votaciones amañadas, los rompimientos de las constituciones y la perpetuación en el poder.
El militarismo y el armamentismo, otrora tan combatido, ahora es una necesidad para defender las revoluciones y, por supuesto, “la voluntad popular”.
No importa que el documento que se firmará hoy lleva el nombre de "Declaración de Caracas contra el neoliberalismo y por la paz".
Froilán Barrios, del Movimiento Laborista venezolano, recordó que en los años noventa el Foro de Sao Paulo fue visto con simpatía por muchas organizaciones de trabajadores de América Latina que creyeron que serviría para reivindicar sus derechos.
"Ahora los temas del Foro son otros. Se ha convertido en una especie de centro de gobiernos con tendencias autoritarias. Al Foro le gusta Ahmanideyad, Gadafi y Chávez", concluyó.
El jefe de la delegación cubana, José Ramón Balaguer Cabrera, recordó que desde su inicio hasta hoy, las “fuerzas progresistas” en América Latina y el Caribe se han fortalecido, primero por el ejemplo y resistencia de Cuba, luego por Chávez y su Revolución Bolivariana.
Agregó que la celebración del Foro de Sao Paulo en Caracas es una expresión de solidaridad hacia la Revolución Bolivariana y al presidente Hugo Chávez. “La Revolución Bolivariana –concluyó— es imprescindible”.
En declaraciones a la emisora privada caraqueña Unión Radio, Rodrigo Cabezas, coordinador de Asuntos Internacionales del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), subrayó que, aunque dan por descontado el triunfo electoral de Chávez, se han definido acciones para el caso de que "hubiese un desconocimiento de la voluntad popular" en esos comicios.
Las posturas del Foro XVIII contrastan notablemente con las de hace 18 años, cuando atendiendo un llamado del Partido de los Trabajadores de Brasil (PT) y del Partido Comunista de Cuba, las organizaciones de izquierda iberoamericanas se reunieron por primera vez en Sao Paulo para tratar de salvar lo que quedaba del comunismo tras la desintegración de la Unión Soviética y la caída del Muro de Berlín.
En esa época el enemigo era el neoliberalismo, y los miembros del Foro eran los movimientos de izquierda revolucionaria que venían de combatir contra las dictaduras militares en El Salvador, Guatemala, Honduras, Argentina, Chile y Uruguay.
Entonces el Foro buscaba espacios para una sociedad igualitaria, justa, libre.
Hoy los miembros del Foro son gobierno en Brasil, El Salvador, Argentina, Chile, Uruguay, Ecuador, Bolivia y ya tienen largo rato en Cuba, Nicaragua y en Venezuela, donde además pretenden seguir a toda costa.
En muchos de estos países se sufren los males que solía combatir el foro: injusticia, falta de libertad y dictaduras, aunque hora el Foro habla de “democracia directa”, “democracia popular” o “socialismo del siglo XXI” para justificar las votaciones amañadas, los rompimientos de las constituciones y la perpetuación en el poder.
El militarismo y el armamentismo, otrora tan combatido, ahora es una necesidad para defender las revoluciones y, por supuesto, “la voluntad popular”.
No importa que el documento que se firmará hoy lleva el nombre de "Declaración de Caracas contra el neoliberalismo y por la paz".
Froilán Barrios, del Movimiento Laborista venezolano, recordó que en los años noventa el Foro de Sao Paulo fue visto con simpatía por muchas organizaciones de trabajadores de América Latina que creyeron que serviría para reivindicar sus derechos.
"Ahora los temas del Foro son otros. Se ha convertido en una especie de centro de gobiernos con tendencias autoritarias. Al Foro le gusta Ahmanideyad, Gadafi y Chávez", concluyó.