El controlador general mexicano Francisco Barrio acusó a la empresa estatal de petroleos mexicanos de desviar fraudulentamente, la suma de 120 millones de dólares.
Barrio alega que el consorcio petrolero conocido como Pemex transfirió ilegalmente fondos millonarios a la fracasada campaña presidencial de Francisco Labastida durante las elecciones de 2000. Labastida fue candidato del Partido Revolucionario Institucional, PRI, que perdió las elecciones tras 71 años en el poder.
Labastida niega tener conocimiento de haber recibido fondos no autorizados, argumentando que el Instituto Electoral fue informado acerca de las fuentes de recursos de su campaña presidencial.