Las autoridades nigerianas informaron que el número de muertos por las enormes explosiones del domingo en un depósito de municiones militares en Lagos, aumentó a más de 600.
El presidente Olusegun Obasanjo, calificó el incidente ocurrido en la mayor ciudad de Nigeria como un desastre nacional y prometió una investigación total.
Muchas de las víctimas son niños que se ahogaron en canales llenos de agua cuando trataban de huir de las explosiones.