El presidente Bush promulgó una ley de fraude corporativo, la cual aumenta las penas a ejecutivos condenados por desfalco y da a inversionistas timados más tiempo para presentar demandas judiciales.
El mandatario norteamericano dijo en una ceremonia en la Casa Blanca, este martes, que la nueva ley ayudará inversionistas y empleados en todo Estados Unidos a sentir que los ejecutivos están diciendo la verdad.
Bush y líderes del Congreso habían pedido una medida legal par contrarrestar los recientes escándalos financieros en importantes empresas energéticas y de telecomunicaciones.