El ejército filipino acordó postergar una ofensiva militar contra un bastión musulmán en el sur de Filipinas, para darle tiempo a los negociadores a que logren la libertad de cuatro mujeres rehenes.
El gobierno filipino envió cientos de soldados a la isla de Jolo, después que fueron encontradas ayer las cabezas de dos de los secuestrados. Las cabezas estaban envueltas en bolsas plásticas con notas exhortando a una guerra santa musulmana.
Los dos hombres formaban parte de un grupo de seis Testigos de Jehová secuestrados el miércoles.
El gobernador de la región, dijo que los emisarios tienen cinco días para negociar la liberación del resto de los rehenes.
Existen informes contradictorios acerca si los secuestradores son rebeldes del grupo guerrillero Abu Sayyaf, o delincuentes locales.