Bajo la amenaza de una acción militar estadounidense, Irak acordó permitir el ingreso al país de inspectores de armas de la ONU, para buscar armas de destrucción masiva.
Sin embargo, el gobierno de Bush se mantiene escéptico y señaló que tratará de conseguir una nueva resolución de la ONU que enumere los pasos que debe dar Bagdad para evitar una acción por parte de la organización internacional.
Irak señaló que su decisión de permitir el regreso incondicional de los inspectores -que dejaron Bagdad en 1998- elimina toda excusa para un ataque por parte de Estados Unidos.
Sin embargo, funcionarios estadounidenses han señalado que la más reciente señal de acuerdo por parte de Irak, no es más que una táctica obstructiva, diseñada para debilitar la decisión internacional de obligar a Irak a cumplir con previas resoluciones de la ONU.