En Chile, la policia anti-disturbios utilizó gas lacrimógeno y cañones de agua para dispersar a cientos de manifestantes que protagonizaron la primera huelga general en el país en más de una década.
Los efectivos policiales procedieron luego que los protestantes los atacaran con palos y piedras y comenzaran a vandalizar la propiedad privada en Santiago.
Más de 130 personas fueron arrestadas. Miembros de la Central Sindical de Trabajadores CUT, organizaron las manifestaciones en Santiago y otras ciudades en demanda de aumentos salariales y mejores condiciones de trabajo.
El gobierno del presidente Ricardo Lagos, insiste en que hubo un escaso apoyo a la huelga.