Naciones europeas y asiáticas recibieron con beneplácito la decisión de la administración Bush de suspender los aranceles a la importación de acero.
Japón, Corea del Sur, China y la Unión Europea elogiaron la medida.
Las tarifas estadounidenses impuestas en 2002, quedaron sin efecto el jueves a la medianoche, 15 meses antes de lo originalmente planeado.
El presidente Bush dijo que las tarifas que impuso el año pasado lograron el propósito de ayudar a la consolidación y modernización de la industria norteamericana del acero que enfrenta competencia extranjera.