La Armada estadounidense adquirió 210 aviones a propulsión a la firma Boeing, en un contrato que contempla el desembolso de 9 mil 600 millones de dólares.
Boeing fabricará los avanzados modelos del bombardero F-A-18 que puede derribar otra aeronave o atacar objetivos en tierra y mar.
La empresa también desarrollará una versión del avión que utiliza computadoras, transmisores y misiles para confundir o destruir radares enemigos y otros sistema de defensa electrónicos.
El convenio se produce en momentos que la empresa Boeing es investigada por la forma como compitió por contratos militares previos, para la venta de aviones de reabastecimiento y cohetes.