Casi dos meses después de linchar al alcalde, miles de campesinos peruanos protestaban este miércoles otra vez en su pueblo cerca de la frontera con Bolivia contra la nueva autoridad, mientras sus dirigentes evaluaban una marcha a Lima para pedir la renuncia del presidente Alejandro Toledo.
Por las calles de ILAVE -cerca del Lago Titicaca- marcharon unos 7.000 pobladores aymaras, según testigos, pidiendo la dimisión de su alcalde provisional, Ramón Arias, quien fue designado por el jurado electoral en reemplazo de Cirilo Robles, que había sido linchado en abril acusado de corrupción en ese poblado pobre.