Corea del Sur reafirmó su decisión de emplazar 3 mil efectivos adicionales en Irak en agosto, sumándose a los 600 soldados surcoreanos que ya se encuentran en ese país, a pesar de la decapitación del rehén Kim Sun il.
Sin embargo, un portavoz de la cancillería dijo que Seúl ha ordenado la evacuación de todos sus nacionales en Irak, excepto el personal esencial.
El vocero dijo que Corea del Sur condena el asesinato de Kim, calificándolo de un acto de terrorismo contra la humanidad.
En Washington, el presidente Bush también condenó la ejecución de Kim, calificándola de un acto bárbarico.
Bush dijo que el mundo no se dejará intimidar por el asesinato.
Bush expresó que los terroristas “están tratando de sacudir nuestra determinación, hacer que retrocedamos, para que prevalezca su oscura visión”.