Buena parte del Ártico atraviesa una inusual ola de calor decembrino.
En Utqiagvik, la comunidad más septentrional de Alaska —conocida anteriormente como Barrow_ el termómetro alcanzó los 4,4 grados Celsius (40 °Fahrenheit) la mañana del lunes. La cifra no sólo representa un récord por 3,3 grados Celsius (6 °F), sino que es la temperatura más alta que se haya registrado en la región entre finales de octubre y finales de abril, según Rick Thoman, especialista climático en el Centro de Investigación del Ártico de la Universidad de Alaska, campus Fairbanks.
En Nome, Alaska, hubo lluvias durante el fin de semana, lo cual es inusual pero no insólito en diciembre, y la localidad también impuso un nuevo récord de altas temperaturas el domingo. El arroyo Savoonga estaba desbordado y no estaba cubierto de nieve, así como tampoco la comunidad de Teller, al noroeste de Nome, donde a estas alturas del año se usa la nieve para hacerse de agua potable, indicó Thoman.
El domingo, todo el Ártico tuvo una temperatura promedio 6,4 °C (11,5 °F) más elevada que el promedio de entre 1979 y 2000, y el lunes los modelos computacionales mostraron que ese promedio posiblemente sea 5,9 °C (10,5 °F) más alto de lo normal, según el sistema Climate Reanalyzer de la Universidad de Maine.
El clima del viernes en Nuuk, Groenlandia, era para andar de manga corta en diciembre, con la temperatura máxima de 12,2 °C (54 °F), que es 14,4 °C (26 °F) por encima de la máxima normal.
En Kangerlussuaq, Groenlandia, el termómetro alcanzó el viernes los 8,9 °C (48 °F), es decir, 18,9 °C (34 °F) más caliente de lo normal.
“Todo el Ártico está caliente salvo por pequeñas porciones en la parte centro y este del Ártico canadiense, y una porción muy reducida de Siberia”, declaró Thoman desde Fairbanks.
Esto se debe en parte a un sistema de tormentas, lo cual posiblemente sea sólo un evento fortuito, pero también debido a un nivel de hielo marino más bajo de lo normal como resultado del cambio climático provocado por el ser humano, comentó Thoman.
El hielo marino se encuentra en su sexto nivel más bajo del que se tenga registro, según el Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo. Está muy por debajo de lo normal, “pero hemos visto situaciones peores”, puntualizó Thoman.
El hielo marino es importante porque en algunas zonas del Ártico no hay sol durante el invierno y la atmósfera es fría. Pero si hay aguas abiertas, por lo general son más cálidas que la atmósfera.
“Hagan de cuenta que se trata de una almohadilla térmica que simplemente emite calor a la atmósfera”, explicó Thoman.
Debido a la menor cantidad de hielo marino, buena parte del Ártico se está calentando actualmente cuatro veces más rápido que el resto del planeta, lo que resulta en un incremento de “eventos de calor invernal”, dijo el científico del Servicio Meteorológico de Dinamarca Jason Box, quien realiza estudios sobre Groenlandia.
“Algunas personas dicen: ‘venga, es sólo el clima’”, comentó Box. “Sin embargo, temperaturas sin precedentes de las cuales hemos tenido muchos ejemplos en los últimos años nos cuentan la verdadera historia del calentamiento climático”.
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