El único barco que surte de petróleo a los buques que llegan a Montevideo fue embargado por una deuda, según una decisión judicial en virtud de la cual podrá operar pero no abandonar aguas jurisdiccionales del país.
Mientras tanto, en medio de un debate sobre las empresas públicas, el gobierno habilitó que compañías privadas puedan importar combustibles en los puertos del país. Los críticos de la medida indica que puede impactar al monopolio que ostenta Administración Nacional de Combustibles Alcohol y Pórtland, ANCAP, empresa de energía de propiedad estatal.
En Uruguay la importación y refinación de los combustibles es potestad exclusiva de la petrolera propiedad del Estado.
Con esa medida para los puertos, según lo explicó el ministro de Industria, Omar Paganini, no se afectará a la empresa pública y por el contrario se reactivará al puerto de Montevideo que está en permanente competencia.
"Si el mercado se mantiene constante, muchos más buques van a reponer en el puerto de Montevideo, que vienen acostumbrados a repostar en Buenos Aires, o en el medio del Río, o en Río Grande", dijo el ministro.
A su vez, el gobierno del presidente Luis Lacalle Pou estableció por ley que ANCAP deberá vender combustibles a precio de paridad internacional, medida con la cual a largo plazo se espera que ayude a bajar las tarifas que paga la población.
Las autoridades aseguran que el embargo no afectará en nada el suministro de combustible a la población.
Uruguay compra a distintos mercados productores, un millón de barriles de petróleo cada 25 días para abastecer al mercado interno.