Las autoridades iraquíes recibieron con agrado la nueva estrategia del presidente Bush para su país convulsionado por la guerra, pero muchos ciudadanos iraquíes dudan que agregar más tropas estadounidenses vaya a romper el ciclo de violencia.
Un alto asesor del primer ministro iraquí Nouri al-Maliki, dijo que el gobierno recibe con beneplácito el compromiso de Estados Unidos de lograr el éxito en Iraq, y dijo que está de acuerdo con el presidente Bush en que la actual situación no es aceptable para los estadounidenses ni para los iraquíes.
En Bagdad, sunitas y chiítas también elogiaron los esfuerzos pero dudan que enviar un mayor número de soldados pueda poner fin a la violencia.
El vicepresidente sirio Farouk al-Sharaa, dijo que la estrategia del presidente Bush no es positiva y que solo agregará combustible al fuego.
El canciller de Irán dijo que el incremento de soldados estadounidenses aumentará la inseguridad y empeorará la situación.
Aliados estadounidenses, entre ellos Japón y Australia, también elogiaron el nuevo plan del presidente Bush para estabilizar Iraq.
En Londres, la secretaria del exterior británica Margaret Beckett expresó aprobación para la nueva estrategia estadounidense en Iraq.
Al mismo tiempo, la prensa británica informó que la nación podría reducir a la mitad, para mayo, el número de sus soldados en Iraq. Gran Bretaña tiene 3 mil efectivos en ese país.