El gobierno del presidente Bush ideó un nuevo plan de reforma de inmigración que crearía un programa de trabajadores temporales para los inmigrantes ilegales.
Sin embargo la propuesta dispone grandes exigencias para que se conviertan en residentes permanentes de Estados Unidos.
El plan permitiría a los trabajadores indocumentados postular para visas de trabajo por tres años, conocidas como visas Z. La renovación de los permisos costaría 3.500 dólares.
Si los inmigrantes ilegales quieren obtener la residencia permanente, tendrían que regresar a sus países de origen, luego postular su reingreso y pagar una multa de 10 mil dólares.
El gobierno de Bush también quiere limitar el número de familiares de inmigrantes legales que puedan ingresar a Estados Unidos.