Amigos y familiares de los que murieron en los ataques contra el Centro Mundial de Comercio se reunieron, en un parque cercano, en Manhattan, para una solemne ceremonia.
Mientras caía una llovizna y un flautista tocaba suavemente, los socorristas, uniformados, leían los nombres de los muertos hace seis años.
Por momento, ahogados por las lágrimas, los socorristas hablaron de familias y legados que quedaron atrás.
Los dolientes escucharon en silencio el doblar de las campanas que conmemoraron el momento en que los terroristas estrellaron dos avianos en las torres gemelas y el momento en que los rascacielos se derrumbaron.
El actual y el ex alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg y Rudy Giuliani, hablaron de dolor y perseverancia.
En el Pentágono, se realizó una ceremonia en que se depositó una ofrenda floral en honor de las 184 personas que murieron allí.
El secretario de Defensa, Robert Gates, dijo a la multitud reunida que los militares no se detendrán ante nada para impedir que los enemigos dañen a Estados Unidos y sus ciudadanos.
En Shanksville, Pennsylvania, se escuchó el repique de una campana en el campo donde un avión secuestrado se estrelló, matando a los 40 pasajeros y tripulantes.