Las autoridades del centro de Inglaterra levantaron la zona de protección que rodea a una granja, cerca de Birmingham, luego de que un grupo de animales diera negativo a las pruebas de detección de fiebre aftosa.
Los funcionarios establecieron la zona, el miércoles, cuando algunos de los animales mostraron posibles síntomas de la enfermedad.
Las autoridades temían que el mal se hubiese extendido desde un área del suroeste de Londres, donde, en agosto, se confirmó un brote.
La fiebre aftosa es un mal altamente contagioso que afecta al ganado vacuno, ovejas y cerdos.
La misma se transmite por contacto directo con animales enfermos, alimentos contaminados o por el viento.
La fiebre aftosa no es una amenaza para los humanos, pero puede arrasar con haciendas completas.
Un brote de 2001 en Gran Bretaña condujo al sacrificio de seis millones de animales y tuvo un costo de 17 mil millones de dólares para sus criadores.