El primer ministro de Gran Bretaña, Gordon Brown, anunció al parlamento que su país retirará la mitad de sus tropas estacionadas en Irak a principios del próximo año.
Brown dijo que la responsabilidad de seguridad en el sur de Irak será entregada a las fuerzas iraquíes en los próximos dos meses: “Reduciremos el número en el sur de Irak, de 5.500 que teníamos en septiembre a 4.500, inmediatamente después que los iraquíes asuman el control provincial, y luego a 4 mil... Después, en la segunda etapa de supervisión en primavera, y guiados siempre por el consejo de nuestros comandantes militares, reduciremos a unas 2.500 las tropas, y tomaremos entonces una decisión futura sobre la siguiente fase”.
Brown destacó que los soldados británicos pasarán a desempeñar actividades de entrenamiento y apoyo en lugar de combate como hasta ahora.
Por otro lado, el premier británico también anunció que los intérpretes iraquíes y trabajadores que han asistido a las fuerzas británicas en Irak durante un año o más, recibirán ayuda financiera para re-establecerse en Irak, o en cualquier otra parte de la región, e incluso –en algunos casos- en el Reino Unido.
Miles de iraquíes que han trabajado para las fuerzas de coalición desde la invasión en 2003, han recibido amenazas de muerte y decenas han sido asesinados por insurgentes.
España y Polonia han ofrecido asilo a decenas de iraquíes que ayudaron a sus efectivos en Iraq.
Estados Unidos ha prometido otorgar estatus de refugiados a unos siete mil intérpretes para fines de este año.