La rama nor-africana de al-Qaeda asumió responsabilidad por dos mortales autos bomba que estallaron el martes, frente a oficinas de la ONU y del gobierno en la capital de Argelia.
Fuentes del gobierno argelino informaron que por lo menos 26 personas resultaron muertas y otras 177 heridas, en los estallidos en Argel.
Funcionarios hospitalarios habían dicho que la cifra de muertos era de más de 60.
Entre los muertos y heridos hay estudiantes, quienes estaban en un autobús, cerca del edificio de la corte constitucional, lugar de una de las explosiones.
Los estallidos destruyeron las oficinas del Programa de Desarrollo de la ONU y dañaron las oficinas del Alto Comisionado de la ONU para Refugiados.
El Ministro del Interior argelino, Noureddine Yazid Zerhouni, dijo que un atacante suicida fue responsable por uno de los atentados.
Marie Okabe, vocera de la ONU, en Nueva York, manifestó que se cree que 11 empleados del organismo internacional han muerto y otros han desaparecido.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó los ataque “en los términos más enérgicos posibles”.