El primer ministro italiano, Romano Prodi, sostiene nuevas conversaciones, este martes, con influyentes ministros del gabinete, en torno a la crisis de basura, en Nápoles, tras una noche de manifestaciones en la ciudad.
La policía napolitana usó gases lacrimógenos, el lunes por la noche, contra manifestantes que arrojaban piedras tratando de bloquear a las autoridades que intentaban reabrir un viejo basurero, para resolver la acumulación de desechos en la ciudad.
Los recolectores de basura de Nápoles detuvieron sus labores el 21 de diciembre, debido a que los basureros de la ciudad estaban llenos.
Desde entonces, las autoridades dicen que 110 mil toneladas de basura no han sido recolectadas de las calles de la sureña urbe italiana.
Enfurecidos residentes han comenzado a quemar montañas de basura en descomposición, generando temores de contaminantes cancerígenos en el aire.
Las autoridades dicen que un enorme incinerador que se esperaba comenzara a operar el 1º de enero, aún no está listo.