El gobierno de Irak recibió con beneplácito un llamado del clérigo chiíta Moqtada al-Sadr a sus partidarios para que se retiren de las mortales batallas callejeras contra el gobierno iraquí y las fuerzas de la coalición.
La oficina de Sadr en el sur de Irak indicó que él emitió la orden de cese el fuego el domingo, para detener el derramamiento de sangre iraquí.
El clérigo también exhortó al gobierno iraquí a que detenga lo que llamó arrestos e incursiones al azar contra sus seguidores, y que les otorgue amnistía.
El primer ministro iraquí, Nouri al-Maliki, calificó el cese el fuego como un paso en la dirección correcta.
Su gobierno dijo que levantaría, este lunes, un toque de queda de 24 horas impuesto el jueves en Bagdad tras los enfrentamientos.
Los combates han matado a más de 250 personas en todo el país desde el martes, incluyendo en Bagdad y la sureña de Basora.