En el Líbano, funcionarios de seguridad informaron de nuevos combates en la norteña ciudad portuaria de Trípoli, entre partidarios del gobierno de Beirut, respaldado por Occidente, y militantes de Hezbolá.
Los enfrentamientos de este lunes siguen a intensas batallas, el domingo, en las montañas que circundan la capital libanesa, entre partidarios del líder druso pro-gobierno Salid Jumblatt, y combatientes de la oposición pertenecientes al grupo chiíta Hezbolá y a una secta drusa rival.
Por lo menos 11 personas murieron, el domingo, en los enfrentamientos en la montañosa región de Aley, antes de que se declarara un cese el fuego.
El total de víctimas mortales, en cinco días de disturbios, en todo Líbano, suma, al momento, por lo menos 58, con decenas de heridos.
Entre tanto, una tensa calma prevalece en Beirut, mientras los líderes rivales se preparan para sostener conversaciones con una delegación de alto nivel de la Liga Árabe, que llegará a la ciudad el martes.
Militantes de Hezbolá y sus aliados se retiraron del sector occidental de la ciudad, el domingo, y entregaron el área a soldados libaneses.
No obstante, algunas barricadas levantadas por Hezbolá todavía no han sido retiradas, por lo que el aeropuerto de Beirut permanece cerrado.
Hezbolá retiró a sus combatientes de Beirut luego que el Ejército libanés informara que revertiría el despido de un oficial de seguridad del aeropuerto de Beirut, que es respaldado por el movimiento chiíta.
Los militares libaneses también aconsejaron al gobierno que suspenda sus planes de investigar la red nacional de telecomunicaciones de Hezbolá en El Líbano.
El primer ministro libanés, Fuad Siniora, dijo, el domingo, que su gabinete sesionará pronto para decidir sobre las propuestas de los militares.