El presidente libanés Michel Suleiman inició su primer día en el cargo enfrentando el desafío de estabilizar un país todavía estremecido por la guerra civil.
Un saludo de 21 cañonazos y una banda militar recibieron a Suleiman este lunes, cuando llegó al palacio presidencial en Beirut.
El parlamento libanés eligió como presidente de la nación al ex jefe del Ejército, como parte de un acuerdo mediado por los árabes para poner fin a una crisis política que duró 18 meses.
La principal tarea de Suleiman esta semana, será formar un gobierno de unidad en que la oposición liderada por Hezbolá tendrá poder de veto.
El nuevo gobierno reemplazará al presidido por el primer ministro Fuad Siniora, quien contaba con el respaldo de Occidente.
Siniora renunció el domingo, pero continuará al mando del gobierno hasta que se instale la nueva administración.
Las luchas políticas entre el gobierno de Siniora y la oposición dejaron al Líbano sin presidente desde noviembre, y escalaron a violentas batallas callejeras a principios de mes.
Durante su discurso de toma de mando el domingo, Suleiman instó a las facciones libanesas a discutir una estrategia de defensa conjunta para la nación, y exhortó a un mejoramiento de las relaciones con Siria, país que ocupó Líbano durante 29 años, hasta 2005.