La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, ha dado a conocer un plan de obras públicas que ella afirma será financiado con un polémico impuesto a las exportaciones agrícolas.
Fernández manifestó, el lunes, que el dinero del aumento impositivo a la soja y otros granos irá a hospitales, viviendas y caminos rurales.
La mandataria habló solo horas después que su gobierno se negó a asistir a una reunión con los dirigentes de los cuatro principales grupos agrícolas.
La presidenta criticó a los agricultores por negarse a contribuir a la redistribución de ingresos a aquellos que tienen menos.
Los grupos agrícolas aceptaron detener su paro, el domingo, días después que los camioneros que transportan granos bloquearan rutas importantes, interrumpiendo el tráfico y amenazando con renovada escasez de alimentos.
Fernández ha propuesto concesiones, como subsidiar el costo de transporte de los granos, pero los agricultores han rechazado ese ofrecimiento.