Cientos de personas huyeron de sus casas en el este de India, en momentos que hindúes y cristianos continúan enfrentándose en una disputa que ha dejado once muertos en la última semana.
La policía afirmó que las turbas no obedecieron un toque de queda y saquearon iglesias y viviendas este jueves en el distrito de Kandhamal, estado de Orissa.
Más de tres mil empleados de seguridad han sido emplazados para contener los disturbios. La policía ordenó disparar si era necesario.
Las fuerzas de orden han arrestado a más de 120 personas hasta el momento.
Los enfrentamientos entre hindúes y cristianos comenzaron el sábado pasado, cuando un líder hindú y otras cuatro personas murieron.
La policía sospecha que se trata de rebeldes maoístas, pero los hindúes culpan a los cristianos de las muertes.
El ministro de relaciones exteriores italiano dijo este jueves que llamaría a rendir testimonio al embajador de India, para exigir que las autoridades indias adopten una acción incisiva contra lo que calificó como “violencia inaceptable”.