Los vientos se intensificaron por la madrugada en un área azotada por incendios forestales en el norte de California, forzando a evacuar el sábado unas 400 casas.
El Departamento de Bosques y Protección contra Incendios del estado dijo que las áreas afectadas incluyen la comunidad de jubilados de Oakmont que fue evacuada previamente en la semana cuando el incendio azotó partes de Santa Rosa.
El portavoz Jonathan Cox dijo que el incendio llegó además a una zona poco poblada de Sonoma, un pueblo de 11.000 habitantes y ha quemado varios edificios.
Las llamas han acusado una cantidad sin precedentes de muerte y destrucción en el estado, donde las autoridades reportan 35 muertos y 5.700 viviendas y negocios destruidos. Esas cifras la hacen la serie de incendios más destructiva y mortífera que se haya registrado en California.
Aunque los bomberos consiguieron progresos el viernes en la contención de los incendios, las autoridades dijeron que los vientos el sábado están retando el avance conseguido.
Enólogos reconstruyen tras perder batalla contra incendios
En todo el norte de California, donde los incendios forestales han ardido durante casi una semana, matando a por lo menos a 36 personas y destruyendo aproximadamente 6,000 edificaciones, los residentes están haciendo un balance de lo que tienen y lo que han perdido.
Muchos se sienten afortunados de haber sobrevivido. La ruta de destrucción causada por el fuego carecía de rima o de razón, destruyendo una bodega entera en un caso, pero dejando los muebles del patio fuera de la sala de degustación intactos.
Pierre Birebent, que ha sido enólogo en Signorello Estate durante los últimos 20 años, dijo sentirse afortunado.
Cuando el fuego llegó a su bodega en Silverado Trail, la arteria principal de Napa's Wine Country, Birebent agarró una manguera e intentó luchar contra las llamas él mismo. Uno de los propietarios de la bodega, que se encontraba en la residencia de arriba de la bodega, había huido después de alertar al personal sobre el incendio.
Birebent perdió la batalla para salvar la bodega, la sala de degustación, una oficina y la residencia. "Fue como pelear contra un gigante", dijo.
Es demasiado pronto para saber el alcance del daño a la industria vitivinícola del norte de California.
Los incendios todavía arden alrededor de las laderas y los recolectores se apuran para sacar las uvas de la vid antes de que se dañen por el humo, una condición conocida como "mancha de humo".
En Signorello, los empleados se presentaron a trabajar el viernes, su primera oportunidad de ver el daño.
Ray Signorello, el propietario de la bodega, se fue a Napa para alquilar espacio de oficina temporal. Planeaba mantener el negocio en marcha y reconstruir.
"Podemos seguir de alguna manera como siempre", dijo Signorello. "Nuestra casa se ha ido", dijo Jo Dayoan, director de asignación en la bodega. "Nuestra alma no. Somos familia".
Para Birebent, hay muchas cosas por las que agradecer, entre ellas, los viñedos de 30 años de antigüedad, que no se quemaron.