El ministro de Relaciones Exteriores del gobierno en disputa de Venezuela, Jorge Arreaza, realizó este jueves una conferencia de prensa en las Naciones Unidas para exponer las consecuencias de las saciones estadounidenses a Venezuela y acusó a EE.UU. de propiciar una "guerra diplomática", una "guerra económica", e incluso un "bloqueo naval-petrolero".
El canciller se encontraba en Nueva York para participar en una reunión del Grupo de Países en Defensa de la Carta de la ONU, el Derecho Internacional y la Paz, donde representantes de más de 60 países discutirían sobre la defensa de los derechos humanos y de la carta del organismo internacional. También se reunió con el embajador de Rusia ante el Consejo de Seguridad, Vasily Nebenzya.
El diplomático aseguró que se declaran "en campaña para que el mundo conozca las consecuencias del bloqueo unilateral del gobierno de Estados Unidos sobre Venezuela, consecuencias que ha cobrado la vida de miles de venezolanos".
Recordó que en 2015, el expresidente estadounidense Barack Obama firmó una orden ejecutiva, que dio pie a más sanciones por parte de un gobierno "más extremista" como el de Donald Trump, en la que declaraba a Venezuela como una amenaza para la seguridad de EE.UU. "Venezuela no es amenaza para ningún país vecino y menos para los Estados Unidos", reiteró Arreaza.
Estados Unidos ha ido sancionando a funcionarios venezolanos, incluído al presidente en disputa Nicolás Maduro, y a instituciones, organizaciones y empresas del Estado venezolana dentro y fuera del país. La más recientes fueron anunciadas por el asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, en Miami este mismo mes contra el Banco Central de Venezuela.
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Aseguró que las sanciones al sector económico y petrolero han llevado a que no se pueda usar el dólar en el país, "el dólar está prohibido en Venezuela", aseguró, explicando que han tenido que hacer cambios a monedas más volátiles.
Entre otras razones, indicó el canciller, es porque las sanciones son aplicadas "extraterritorialmente", es decir, que a pesar de que las prohibiciones están destinadas a ciudadanos, empresas e instituciones estadounidenses, también estarían siendo ejecutadas por ciudadanos y organizaciones de otros países.
Esto ha impedido las importaciones, el pago de personal del Ministerio de Relaciones Exteriores, acceso a financiamiento extranjero e incluso pago de compromisos internacionales, aseguró Arreaza.
Colocó como ejemplo el dinero "secuestrado" por parte del Banco de Inglaterra, North Capital Bank y otros bancos internacionales. Detalló que la mayor suma estaría en Novo Banco, unos 2.700 millones de dólares, y que ya han hablado con el gobierno portugués y han tomado acciones legales.
Reveló que próximamente Maduro anunciaría la creación de un registro para llevar el control de la afectación como consecuencia del "bloqueo" del gobierno de Trump.
"Hay afectación social profunda, buscando hacer creer que el modelo político venezolano, el socialismo, había fracasado", afirmó. Expuso el caso de 26 pacientes venezolanos en Italia que estarían esperando por un transplante de médula porque el gobierno no ha podido pagar casi 5 millones de euros a las fundaciones con las que tienen el convenio.
Sin embargo, agregó que solo los venezolanos "decidirán qué hacer y cuándo hacerlo". "Insistiremos en el diálogo", agregó
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Durante la ronda de preguntas, al ser cuestionado sobre el encuentro de la mañana, aseguró que habría sido una "extraordinaria reunión" no solo porque está ayudando a Venezuela. "Quieren impedir la locura de la guerra", refiriéndose a los 60 países que participaron.
Sobre el grupo de activistas del grupo Codepink que han estado acampando en la embajada venezolana en Washington, cerrada desde el 10 de abril, aseguró que es "bienvenida su ayuda" para la protección de los activos. "Es una acción preventiva que ellos tomaron, y nosotros la apoyamos", indicó Arreaza.