Con el verano a la vuelta de la esquina, muchos ya se preparan para hacer sus asados. Pero según un estudio de la Asociación Estadounidense de Investigación contra el cáncer, la carne quemada puede incrementar el riesgo de cáncer pancreático.
Doctores de la escuela de Salud Pública de la Universidad de Minnesota analizaron los datos de consumo de carne y preferencias en cuanto a la forma de cocinarla a lo largo de 9 años, entre más de 60 mil personas.
De igual forma, el estudio encontró que las personas a quienes les gustaba su bistec bien cocinado tenían un 60% más posibilidad de desarrollar cáncer de páncreas.
En el 2008 unas 38 mil personas murieron de cáncer de páncreas, convirtiéndose en una de las enfermedades con un alto número de mortalidad.
Los expertos indican que freír y asar la carne hasta quemarla produce unos químicos que aceleran las células cancerígenas. Mientras que, guisar y hornear la carne no produce ningún tipo de químico.
Y recomiendan no asar demasiado sus carnes, aunque le sepa mucho mejor.
Escribe desde Washington para la Voz de América Vanessa Green