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Nicaragüenses enfrentan COVID-19 en sus hogares mientras el gobierno niega transmisión comunitaria


Los nicaragüenses han adoptado medidas preventivas por cuenta propia, mientras el gobierno niega que exista el contagio comunitario en el país.
Los nicaragüenses han adoptado medidas preventivas por cuenta propia, mientras el gobierno niega que exista el contagio comunitario en el país.

En Nicaragua, el gobierno, liderado por el presidente Daniel Ortega, mantiene la postura de que no hay peligro de contagios comunitarios de COVID-19, pero en las comunidades y vecindarios de distintos Departamentos, los ciudadanos viven una situación distinta a la que plantean desde el Ejecutivo.

Muchos han visto a sus vecinos o parientes enfermarse y presentar los síntomas que las autoridades de salud describen que padecerán los contagiados por coronavirus, pero no han podido determinarlo porque en las unidades de salud, aseguran, no les han querido hacer la prueba de COVID-19.

“Tuve un hermano con síntomas de COVID y lo tuve que cuidar en la casa con remedios caseros, su sopita, porque en los hospitales públicos no dan buena atención y tuvimos miedo de contagiarnos más al salir de casa” contó María Elena Pérez, a la Voz de América habitante de una comunidad llamada Villa Libertad ubicada en la ciudad de Managua, quien agregó que en el centro de salud les dijeron que se fueran a su casa a seguir un tratamiento.

María Elena Pérez es una vendedora ambulante que asegura que uno de sus parientes tuvo COVID-19 pero en las unidades de salud no quisieron hacerles la prueba del virus.
María Elena Pérez es una vendedora ambulante que asegura que uno de sus parientes tuvo COVID-19 pero en las unidades de salud no quisieron hacerles la prueba del virus.

Como María, hay muchos otros nicaragüenses que, por orden del Ministerio de Salud, o por voluntad propia, prefieren enfrentar la enfermedad aislados, en sus hogares. Afortunadamente para la familia Pérez, El COVID 19 no provocó ninguna víctima fatal dentro del hogar y ellos consideran que la decisión de no hospitalizar a ninguno de los miembros de su familia que presentaron síntomas del nuevo coronavirus fue la más apropiada.

Consultada sobre el tema, la epidemióloga Zoila Castro dijo a la VOA que pese a que los ingresos hospitalarios por COVID-19 se han reducido en el país, la curva de contagio no ha disminuido.

“Consideramos que la población, al hacerse responsable de la enfermedad y las medidas preventivas, ha disminuido su situación de riesgo, pero eso no significa que la pandemia está desaparecida. La población está haciendo un control, pero eso no significa que esté desaparecida, sino que la población está asumiendo un rol de prevención¨, aseguró la especialista.

El epidemiólogo Leonel Arguello, miembro del Comité Científico Multidisciplinario, también destacó, que la situación del país no es clara “porque no hay suficiente información”, y refirió que si los hospitales no han colapsado es por el criterio que tiene el Ministerio de Salud para hospitalizar a pacientes con COVID 19, piensa que los medicos no estan ingresando a todos los contagiados con el virus, más bien, los envían a sus casas con un tratamiento pero sin informar a la persona que se trata del Coronavirus.

“yo no diría que la curva de contagio esta bajando, las epidemias no se bajan solas, las epidemias se bajan porque algo tenés que hacer”, aseguró el doctor Argüello.

Los especialistas no descartan que durante las próximas semanas se vuelva a observar un aumento exponencial de los casos y que podrían saturar nuevamente los hospitales, agregan que, si se reportaron más casos graves, por ende, podría haber más muertes.

Por otro lado, el Ministerio de Salud de Nicaragua hace un esfuerzo por mantener un discurso de normalidad y asegura que en el país no existe la transmisión comunitaria del COVID-19.

El reporte más reciente de la entidad de salud, comprendido del 21 al 28 de julio y que fue presentado por la ministra Martha Reyes, indica que el número de contagios del virus durante ese periodo fue de 233 y que 8 personas murieron por esa causa.

Oficialmente, Nicaragua registra 3.672 casos de COVID-19 y 116 fallecimientos, aunque las cifras que brinda el gobierno están lejos del conteo que realizan organizaciones independientes como el Observatorio Ciudadano, que hasta el 22 de julio, registró 8.755 casos y 2.487 muertes sospechosas por COVID-19.

En cada reporte semanal, desde que inició la pandemia en el país, la ministra enfatiza que los pacientes que han perdido la vida presentaban otros padecimientos crónicos como diabetes mellitus, obesidad, hipertensión arterial, enfermedades cardíacas, entre otros padecimientos.

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