China subrayó el sábado su compromiso con su reivindicación de Taiwán y dijo a los líderes mundiales que cualquiera que se interponga en su determinación de reunificarse con la isla autónoma sería “aplastado por las ruedas de la historia”.
“Solo cuando China esté completamente reunificada podrá haber una verdadera paz a través del Estrecho de Taiwán”, dijo Wang Yi, ministro de Relaciones Exteriores de China, en la Asamblea General de la ONU. Dijo que Beijing “tomaría las medidas más enérgicas para oponerse a la interferencia externa”.
China defiende con vehemencia su reclamo sobre Taiwán, que se separó del continente después de una guerra civil en 1949 y ahora funciona con su propio gobierno. Una visita reciente de la presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Nancy Pelosi, aumentó notablemente las tensiones entre Washington y Beijing.
El lenguaje, aunque contundente, no estaba fuera del ámbito de lo normal en China. Taiwán es un tema central de la política del país, y la aparición de Wang, en lugar de su jefe, el líder chino Xi Jinping, fue una señal de que el discurso no fue importante.
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