Las calamidades financieras en la tercera empresa automotriz de Estados Unidos están comenzando a tener un impacto más profundo y potencialmente más doloroso en la economía estadounidense.
La atribulada Chrysler decidió cerrar casi el 25 por ciento de sus concesionarios con la intención de reducir costos, al tiempo que se prepara para fusionarse con la italiana Fiat.
En un documento presentado a la Corte Federal de Quiebras en Nueva York, la compañía dijo que, como parte de su proceso de reestructuración, quiere eliminar 789 de sus 3.200 agencias para el 9 de junio.
Según el documento, muchos de los salones tienen ventas muy bajas: poco más del 50% de ellos hacen el 90% de las ventas de Chrysler en Estados Unidos.
Lea además: Aumentan las ejecuciones hipotecarias en EE.UU.
Ejecutivos de Chrysler señalan que el cierre es necesario para que la empresa sea más eficiente, pero los concesionarios advierten que la medida afectará a la corporación, a largo plazo.
La vocera de Chrysler Kathy Graham dijo que no tenía declaraciones que hacer, excepto que la compañía le comunicaría su decisión a las agencias afectadas.
Las 789 agencias que cerrarán sus negocios podría costar a la economía del país hasta 40 mil empleos, al tiempo que afecta a las municipalidades que dependen de los impuestos que pagan esas empresas.