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Duque afirma que Venezuela no llega a los 700.000 barriles de crudo diarios, pero las cifras son difusas


Igual que en su reunión con Joe Biden, el presidente colombiano habló con la Voz de América y planteó a su país como alternativa al petróleo venezolano para la seguridad energética de Estados Unidos tras el veto al de Rusia. Sin embargo, la producción de PDVSA no termina de ser clara.

El presidente de Colombia, Iván Duque, aseguró el pasado jueves 10 de marzo en entrevista con la Voz de América que “Venezuela no está en capacidad de generar más de 700.000 barriles de petróleo [diarios]”.

Duque completó contrastando a Colombia y Venezuela, al ser preguntado por la intención de Estados Unidos con la reunión del fin de semana anterior en Caracas entre emisarios y el presidente Nicolás Maduro. Por un lado, la recuperación colombiana de 400.000 barriles a casi un millón a través de “inversiones estratégicas” con Washington; por otro, cómo en el país vecino “destruyeron toda esa capacidad” para producir los tres millones de antes.

Sin embargo, la compañía estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) ha limitado la publicación de cifras oficiales, las dos con fuentes distintas de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) difieren más que en otros países y la producción a la baja en los últimos años contrasta con los indicios de recuperación económica más recientes.

El petróleo venezolano en tiempos de crisis

Según la consultora Ecoanalítica, la economía venezolana se contrajo un 80% desde que Nicolás Maduro llegó al poder en 2013 hasta la pandemia en 2020, sobre todo con la caída del precio del petróleo desde mediados de 2014, que con las sanciones estadounidenses afectó su exportación.

Tras la muerte de Hugo Chávez, PDVSA también habría empezado un deterioro institucional, tecnológico y empresarial que limitó la producción, como ha denunciado el presidente remplazado en su día, Rafael Ramírez.

Desde entonces, PDVSA y el Ministerio de Petróleo han visto la reducción de tres millones de barriles diarios en 2013 al medio millón en 2020, y han limitado la publicación de estadísticas oficiales. La petrolera no publica sus informes financieros desde 2016 y resalta cantidades como el millón de barriles que celebró el ministro Tareck El Aissami en diciembre de 2021, alcanzado con “medidas desesperadas”, según Bloomberg, o las metas de dos y tres millones que Maduro anunció en 2022, en línea con las proyecciones económicas oficiales.

No obstante, los menos de 700.000 barriles que afirmó Iván Duque van en línea con el monitoreo mensual de la OPEP del pasado 15 de marzo. La organización, que Venezuela cofundó en 1960 y Chávez reimpulsó cuarenta años después, distingue entre datos a partir de “comunicación directa” con las autoridades y los de “fuentes secundarias”.

Con la mayoría de miembros, la cifra alta es la estatal: en Venezuela, 788.000 barriles de crudo frente a 680.000 para febrero, una diferencia en proporción más marcada que la de los otros países. En enero habían sido 755.000 frente a 658.000, y en diciembre de 2021 871.000 frente a 718.000.

En su informe OPEC Oil Production Data: The Role of Secondary Sources de 2018, los investigadores Paul Mollet y Saleh Al Muhanna, del King Abdullah Petroleum Studies and Research Center en Arabia Saudí, advierten que las fuentes secundarias son la mejor alternativa, aunque muchas veces sus datos no puedan verificarse. Estas incluyen agencias internacionales y, también a su vez, personas en medios, instituciones estatales, industriales, financieras, corporativas y académicas, o el consumo local y las exportaciones.

De acuerdo con el documento, la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA) “admite que tiene problemas para encontrar datos fiables de países con los que Estados Unidos tiene una relación difícil, como Irán y Venezuela”.

Aunque también apunta que la agencia IHS Markit considera que en Venezuela hay buenas fuentes sobre el terreno, los datos de algunos países pueden variar según lo que produzcan, pues la EIA incluye en su definición de petróleo crudo al condensado, de baja densidad, mientras que la OPEP no. El crudo pesado de la cuenca del Orinoco venezolano, por ejemplo, “se mezcla con diluyentes más ligeros, normalmente nafta importada, que luego se exporta”.

Venezuela, entre Rusia y Estados Unidos

Al menos hasta 2020, Venezuela tenía las mayores reservas probadas de petróleo del mundo: 304.000 millones de barriles, un 18% del total global, según British Petroleum. Si la “petrodiplomacia” de Chávez había puesto al país en el mapa, la crisis internacional del sector y las sanciones agravaron la interna, pero no terminaron de sacarlo. Tras haber forjado alianzas como canciller, Maduro se acercó como presidente a China, Turquía, Irán y Rusia.

Pero con la reciente invasión a Ucrania, Estados Unidos vetó las importaciones de hidrocarburos rusos. El Gobierno de Biden señaló entonces que la reunión con funcionarios venezolanos había sido para discutir aspectos de “seguridad energética”, liberar presos estadounidenses y presionar para que se retome el diálogo con la oposición, pero su portavoz Jen Psak aclaró que “por ahora” no hablaban de importar para equilibrar los precios.

Aunque la situación pueda suponer una oportunidad, Venezuela solo tiene seis refinerías y debe buscar procesadoras en el Caribe, Estados Unidos o Europa para refinarlo o aligerarlo y que así pueda circular. Tampoco cuenta con la infraestructura para apostar por el gas natural licuado. En ese sentido fue que Duque sostuvo que Colombia tenía más “capacidad de ofrecer soluciones energéticas” a Estados Unidos que Venezuela tras su primer encuentro con Biden.

Frente a la situación geopolítica del país, el International Crisis Group publicó el pasado febrero el informe Cómo superar la fractura global sobre Venezuela. El documento recuerda que la disputa por la presidencia entre Nicolás Maduro y Juan Guaidó dividió a Latinoamérica y parte del mundo, incluidas las principales potencias, respecto a Venezuela y su petróleo, y que la falta de negociación permitió que cada parte forjara sus respectivas alianzas.

Sin embargo, como el país sigue en crisis económica y humanitaria, el informe apunta a que “los interesados tienen más que ganar con una solución pacífica y negociada” que estarían en capacidad de promover.

Colombia: Exportación petróleo EE.UU.
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