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Las FARC inician su camino como partido político en Colombia


La noticia se produce como consecuencia del proceso de paz firmado entre el grupo de ex combatientes colombianos y el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos.
La noticia se produce como consecuencia del proceso de paz firmado entre el grupo de ex combatientes colombianos y el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos.

Después de más de cinco décadas, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), inició el domingo el lanzamiento de su partido político en un centro de convenciones de Bogotá, prometiendo revertir el tradicional conservadurismo del país con la creación de una coalición izquierdista alternativa.

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia se transformarán en un partido político bajo un nuevo nombre, aún por anunciarse, como parte de un acuerdo de paz histórico firmado el año pasado con el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos. Los acuerdos garantizan a los ex combatientes 10 escaños en el Congreso y la financiación que el estado otorga a los 13 partidos políticos de la nación, además de un medio millón de dólares en fondo, para comenzar un grupo de reflexión sobre su ideología política.

"Estamos dando un paso extraordinario en la historia de la lucha de la gente común en Colombia", dijo Rodrigo Londoño, más conocido como Timochenko, ante una audiencia de ex guerrilleros.

"Esto no significa que estamos renunciando de ninguna manera a nuestros principios fundamentales o proyecto social", precisó Londoñó.

La organización ha señalado que se adherirá a sus raíces marxistas y se centrará en ganar votos de campesinos, trabajadores y la clase media urbana con una plataforma de justicia social. Sin embargo el grupo, enfrenta oposición de muchos otros sectores.

Una encuesta publicada en agosto encontró que menos del 10 por ciento de los colombianos dijeron que tenían total confianza en los integrantes de las FARC como un partido político y una gran mayoría dijeron que nunca votarían a un ex guerrillero al Congreso.

"No van a ser recibidos muy calurosamente en la mayor parte de Colombia", dijo Adam Isacson, del think tank de Washington Office on Latin America. "Su historial de derechos humanos los tiene marcardos. Su imagen mediática es terrible. La mayoría de los colombianos simplemente no son socialistas ni comunistas ".

Pero, agregó, "Todo no está perdido. Un mensaje de querer redistribuir la riqueza y deshacer la injusticia económica probablemente podría ayudarles para que puedan hacer muchas cosas en zonas pobres de Colombia ".

Partidarios como Iván Cepeda del izquierdista Polo Democrático Alternativo sostienen que la incorporación política del grupo conocido como las FARC es el mejor medio para asegurar una paz duradera.

"Hemos tenido que pagar un costo muy alto en vidas, en infraestructura ... que hoy estamos ahorrando con el fin del conflicto", dijo Cepeda. "Es más una inversión en la democracia de Colombia".

Las FARC se formaron a principios de los años 60 por guerrilleros afiliados al Partido Comunista de Colombia. Durante los siguientes 53 años, la batalla entre los rebeldes, las fuerzas gubernamentales y los paramilitares derechistas cobró por lo menos 250.000 vidas, dejó a otras 60.000 personas desaparecidas y desplazó a millones, convirtiéndose en el conflicto más largo de la región.

Cuatro años de negociaciones en La Habana entre los líderes de las FARC y el Gobierno, culminaron con la firma de un acuerdo de paz en el que los guerrilleros acordaron entregar sus armas, confesar sus crímenes en un tribunal de paz especial que perdonará la mayor parte de su condena.

El acuerdo también aborda temas espinosos como la forma de reducir la creciente producción de coca en Colombia y ofrecer alternativas económicas a los agricultores pobres. Los Estados Unidos alguna vez calificaron a las FARC como una de las organizaciones más grandes del narcotráfico del mundo.

Los votantes colombianos rechazaron el acuerdo por una mayoría delgada en un referéndum posterior a la firma, pero una versión modificada con cambios relativamente menores fue aprobada más tarde por la legislatura. Una encuesta realizada este verano por la firma colombiana Politmetrica encontró que el optimismo sobre el proceso de paz ha disminuido desde el referéndum del pasado octubre, de 67 por ciento de los encuestados a sólo el 53 por ciento.

Los líderes de las FARC han pensado mantener sus mismas siglas y cambiar su nombre a la Fuerza Revolucionaria Alternativa de Colombia, pero la idea no ha recibido una cálida acogida.

Cerca de mil miembros de un partido político alineado con las FARC, conocido como Unión Patriótica, fueron asesinados por paramilitares de extrema derecha, a veces en concordancia con servicios de inteligencia del Estado, durante un intento previo de paz en los años ochenta . Actualmente casi dos docenas de ex miembros de las FARC o sus familiares, han sido asesinados desde el final de las hostilidades, según dijo el congresista Cepeda.

AP

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