Las expectativas de los más escépticos sobre el verdadero alcance que podría tener la cumbre del clima, definida como la Conferencia sobre Cambio Climático de Naciones Unidas, COP15, reunida en Copenhague, la capital de Dinamarca, hasta el momento parecen estar más cerca de cumplirse, que aquellas que tenían los más optimistas.
La ministra de Medio Ambiente de Dinamarca, Connie Hedegaard, quien es además la presidenta de la Conferencia, tratando de rescatar los puntos de acuerdo logrados hasta el momento, decía que "hemos hecho progresos considerables en el curso de la primera semana”.
Sin embargo las críticas realizadas por los países industrializados, Estados Unidos, la Unión Europea, Japón y Noruega criticaron durante el fin de semana el proyecto contra el calentamiento global, porque el borrador no exigir que los países en vías de desarrollo tengan que tomar más medidas contra la contaminación ambiental.
El documento ha iniciado un tránsito que lo llevará a adoptar una versión lo más acordada posible para que luego los ministros del Medio Ambiente realicen la preparación final de la conferencia de alto nivel de 110 jefes de estado y de gobierno que tendrá lugar a fines de la próxima semana.
El delegado estadounidense, Jonathan Pershing, fue muy crítico al señalar que el borrador no trata el polémico tema de las emisiones de carbono por parte de las economías emergentes y más aún “este borrador no aclara a dónde apunta", dijo Pershing, cuya posición fue calurosamente apoyada por la Unión Europea, Japón y Noruega.
Sin embargo una vez más la Unión Europea volvió a jugar como aliado y crítico de Estados Unidos. Esta vez, el ministro sueco del Medio Ambiente, Anders Carlgren fue el encargado de señalar que tanto Estados Unidos como China, deberían estar legalmente vinculados a cumplir las promesas que formulen. En particular China ofreció aceptar voluntariamente reducciones en sus emisiones de carbono pero no desea verse vinculada por el derecho internacional.
Ministros de medio ambiente de todo el mundo llegaron a Copenhague el sábado para presionar a negociadores a avanzar en el debate sobre un acuerdo de reducción de los efectos del calentamiento global.
Mientras tanto, grupos de manifestantes se reunían para exigir a los líderes mundiales fuertes medidas para reducir los problemas climáticos actuales.
Mientras tanto los ministros de Medio Ambiente continuaban llegando a Copenhague, para una semana de debates privados y públicos, hasta la reunión de los 110 jefes de estado y gobierno.
Los compromisos para reducir las emisiones de gases contaminantes hasta el momento en el debate, se encuentran por debajo de lo que los científicos dicen es necesario para evitar que las temperaturas sigan aumentando hasta niveles potencialmente catastróficos.
Un acuerdo preliminar de pacto ecológico fue repartido el viernes entre los miembros de la cumbre de 192 países, aunque no se han establecido cifras claras en financiación o en el recorte de gases contaminantes. El documento dice que todos los países juntos deberían reducir emisiones a un nivel del 50 al 95 por ciento antes de 2050 y que las naciones ricas deberían hacerlo desde el 25 hasta el 40 por ciento antes del 2020, usando como base los niveles de 1990.