El rey de Suecia, Carlos XVI Gustavo dijo que su país ha “fracasado” en su respuesta al COVID-19 y el pueblo sueco ha sufrido “enormemente” como resultado.
En comentarios pregrabados publicados el jueves, el rey dijo que muchas personas han muerto en Suecia como resultado del virus, y que “eso es horrible”.
Al rey, de 74 años, cuyo hijo y nuera dieron positivo al virus el mes pasado, se le preguntó si tenía miedo de contraer el virus.
“Ultimamente, se ha sentido más obvio”, dijo. “Se ha movido más y más cerca. Eso no es lo que uno desea”.
El rey hizo los comentarios como parte de una transmisión de Navidad programada para ser transmitida el lunes en la televisión sueca. El monarca juega un papel ceremonial y no ostenta ningún poder político.
Suecia inicialmente adoptó un enfoque diferente ante la pandemia que sus vecinos nórdicos, Noruega y Dinamarca, así como otras naciones de Europa. El gobierno nunca impuso confinamientos o mandatos para usar mascarilla, permitió a los restaurantes y negocios permanecer abiertos y dependió principalmente del distanciamiento social voluntario y recomendaciones de higiene para ralentizar el virus.
Pero el país vio un creciente saldo de muertes, particularmente entre los ancianos residentes en asilos, y su tasa de fallecimientos per cápita excedió las de Noruega y Dinamarca.
En un reporte preliminar publicado el martes, una comisión independiente nombrada por el gobierno sueco dijo que el gobierno falló en proteger lo suficiente a los ancianos en los asilos.
En semanas recientes, el gobierno ha impuesto restricciones más estrictas contra el COVID-19, ordenando clases virtuales en las escuelas, limitando el tamaño de las reuniones y prohibiendo la venta de alcohol después de las 10 p.m. en bares y restaurantes.
El total de muertes en Suecia relacionadas con el COVID-19 está en 7.667, mucho más alto que sus vecinos regionales, pero más bajo que naciones europeas como Inglaterra, España, Francia e Italia, todos los cuales ordenaron confinamientos.
