William Brownfield, secretario de estado adjunto de Estados Unidos para Asuntos de Narcóticos y Seguridad, viajará a Centroamérica este mes para discutir los esfuerzos conjuntos en la lucha contra el narcotráfico y la violencia que afecta a la región.
En una reciente entrevista, Brownfield dijo que la actual crisis en Centroamérica era "fácil de prever... pero imposible de evitar".
Según el diplomático, a medida que las alianzas bilaterales que combatían el tráfico de drogas iban teniendo éxito, las bandas de narcotraficantes emigraban hacia otras regiones más vulnerables.
Por ejemplo, el Plan Colombia, una alianza entre Estados Unidos y el país suramericano, que comenzó hace 12 años, empujó la industria del tráfico de narcóticos hacia México. En respuesta, en 2007, se creó la Iniciativa Mérida, una alianza sin precedentes entre Estados Unidos y México. Pero, mientras Mérida está "comenzando a dar resultados", dijo Brownfield, las organizaciones del narcotráfico están respondiendo a la creciente presión trasladándose hacia Centroamérica.
"La buena noticia es que, creo que estamos listos. Los mismos centroamericanos han creado su propia estructura o mecanismo de cooperación al cual llaman SICA. Nosotros, y el gobierno de Estados Unidos tenemos nuestra propia iniciativa que llamamos CARSI, para apoyar a los centroamericanos", resaltó Brownfield.
SICA es el Sistema de Integración Centroamericano, mientras que CARSI es la Iniciativa de Seguridad Regional para Centroamérica que funciona en una base bilateral y regional para detener el flujo de narcóticos, armas y dinero generado por la venta de drogas ilícitas. Adicionalmente, se busca hacer frente a las organizaciones y pandillas criminales.
La asistencia de Estados Unidos por medio de CARSI también funciona en los esfuerzos de prevención con las comunidades marginadas y los jóvenes en riesgo, así como para fortalecer a las instituciones policiales.
Por su parte, la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, afirma que "Estados Unidos está comprometido con la seguridad ciudadana en Centroamérica. Estamos haciendo todo lo posible en la lucha contra la corrupción y la impunidad, para proveer el equipo y el apoyo que el Ejército y la Policía necesitan y ayudar a construir la sociedad civil de modo que puedan hacer frente al flagelo del tráfico de drogas".
En una reciente entrevista, Brownfield dijo que la actual crisis en Centroamérica era "fácil de prever... pero imposible de evitar".
Según el diplomático, a medida que las alianzas bilaterales que combatían el tráfico de drogas iban teniendo éxito, las bandas de narcotraficantes emigraban hacia otras regiones más vulnerables.
Por ejemplo, el Plan Colombia, una alianza entre Estados Unidos y el país suramericano, que comenzó hace 12 años, empujó la industria del tráfico de narcóticos hacia México. En respuesta, en 2007, se creó la Iniciativa Mérida, una alianza sin precedentes entre Estados Unidos y México. Pero, mientras Mérida está "comenzando a dar resultados", dijo Brownfield, las organizaciones del narcotráfico están respondiendo a la creciente presión trasladándose hacia Centroamérica.
"La buena noticia es que, creo que estamos listos. Los mismos centroamericanos han creado su propia estructura o mecanismo de cooperación al cual llaman SICA. Nosotros, y el gobierno de Estados Unidos tenemos nuestra propia iniciativa que llamamos CARSI, para apoyar a los centroamericanos", resaltó Brownfield.
SICA es el Sistema de Integración Centroamericano, mientras que CARSI es la Iniciativa de Seguridad Regional para Centroamérica que funciona en una base bilateral y regional para detener el flujo de narcóticos, armas y dinero generado por la venta de drogas ilícitas. Adicionalmente, se busca hacer frente a las organizaciones y pandillas criminales.
La asistencia de Estados Unidos por medio de CARSI también funciona en los esfuerzos de prevención con las comunidades marginadas y los jóvenes en riesgo, así como para fortalecer a las instituciones policiales.
Por su parte, la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, afirma que "Estados Unidos está comprometido con la seguridad ciudadana en Centroamérica. Estamos haciendo todo lo posible en la lucha contra la corrupción y la impunidad, para proveer el equipo y el apoyo que el Ejército y la Policía necesitan y ayudar a construir la sociedad civil de modo que puedan hacer frente al flagelo del tráfico de drogas".